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Solicita asilo político en Estados Unidos uno de los diplomáticos nicaragüenses expulsados

Uno de los diplomáticos nicaragüenses expulsados el martes de Estados Unidos, el cónsul en Nueva Orleans, Agustín Alfaro, solicitó ayer asilo político al Gobierno de Washington, informa la agencia Efe. Tras presentar su demanda de asilo en una oficina de naturalización e inmigración, el cónsul nicaragüense declaró que "ha sido una decisión muy difícil para mí, que tomé después de consultar con mi familia". El diplomático se negó a comentar las órdenes de expulsión dictadas por los Gobiernos de Nicaragua y Estados Unidos.

Agustín Alfaro es uno de los 21 diplomáticos nicaragüenses expulsados por orden del Departamento de Estado, en represalia a la salida forzosa el pasado lunes de tres funcionarios norteamericanos acreditados en Managua.Los tres diplomáticos norteamericanos expulsados de Nicaragua estaban implicados en una conspiración que pretendía no sólo eliminar al canciller nicaragüense Miguel d'Escoto, sino que tenía a otros dirigentes sandinistas en el punto de mira y, dentro de un plan global de desestabilización, incluía el asilo en masa de políticos opositores en la Embajada estadounidense. Esto fue revelado en México por Rafael Solís, secretario general del Consejo de Estado y ex embajador de Nicaragua en Washington, informa Jesús Ceberio.

El secretario de Estado norteamericano, George Shultz, dijo ayer en París que las represalias estadounidenses contra el régimen sandinista (cierre de los seis consulados de EE UU en el país centroamericano) no suponen una ruptura de relaciones. Siguen adelante, de otra parte, los planes del enviado especial del presidente Reagan, embajador extraordinario Richard Stone, para visitar Nicaragua.

Justificar las acciones de la CIA

En México, Solís añadió que el plan norteamericano pretendía dar la imagen de que en Nicaragua se ha acabado con el pluralismo y se ha desatado una cacería. El objetivo último es impedir la celebración de elecciones en 1985, ya que esto invalidaría la acusación permanente de que en Nicaragua existe un Gobierno totalitario. La Administración Reagan podría, de esta forma, justificar el apoyo de actividades encubiertas de la CIA contra el Gobierno sandinista y, en última instancia, incluso una intervención directa.Según el político nicaragüense, representante del Frente Sandinista en el Consejo de Estado, el Departamento de Estado es el principal interesado en que no haya elecciones en 1985.

Rafael Solís encabeza una delegación nicaragüense que ha iniciado en México un recorrido que le llevará más adelante a Colombia, Perú, Venezuela, Costa Rica y tal vez Estados Unidos para estudiar los sistemas electorales de estos países. Otra comisión similar recorrió recientemente distintos países europeos, entre ellos España.

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El secretario general del Consejo de Estado informó que antes del 4 de diciembre debe estar elaborada la ley electoral que determinará si los comicios previstos para 1985 deben designar un Congreso constituyente, o si se incluye la elección de un presidente.

Solís insistió en que, pese a todo, el Frente Sandinista mantiene su propósito de celebrar elecciones. Como prueba de ello señaló que se han aprobado recientemente varios artículos de la ley de partidos políticos.

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