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La antología de poesía sueca de 'Litoral', presentada ante las reinas de España y Suecia

La voz rotunda de Carlos Barral, senador socialista, poeta y editor, leyendo las reflexiones del poeta Artur Lundkvist sobre los valores de la libertad, el análisis de la poesía sueca realizado por el traductor y poeta español Francisco J. Uriz y las palabras del ministro de Cultura español Javier Solana sobre el puente que la cultura crea entre los pueblos fueron ayer la base del acto en el que se presentó ante la reinas de España, Sofía, y de Suecia, Silvia, la antología de la poesía sueca contemporánea editada por la revista malagueña Litoral.

El acto, al que asistieron académicos y no académicos de la literatura española -las reinas saludaron al Final, a personalidades como Carmen Conde, académica de la Lengua, y Rafael Alberti- tuvo efecto en el Jardín Botánico de Madrid y se inició con un discurso en el que Javier Solana celebró el hecho de que la cultura sea nexo de unión entre los pueblos, y la base para que se establezca "un rico y eficaz diálogo" entre todos los hombres. Uriz, autor de la antología, publicada en dos volúmenes, y José María Amado, que recogió hace años la iniciativa de Prados, Altolaguirre y otros y ha hecho hoy posible la pujanza de la revista Litoral, recibieron los elogios del ministro.Antes de que Carlos Barral, en castellano, y el actor Anders Ahlberg, en sueco, leyeran poemas de la antología que se presentaba, Francisco J. Uriz trazó un completo panorama de la actualidad de la poesía sueca.

Para narrar la verdadera historia de Suecia, la que hoy parece ejemplo de orden y de bienestar, Uriz relató algunas imágenes que forman parte también de la historia de ese pueblo: "La de una familia de jornaleros en un país pobre, campesino, a finales del siglo pasado. Un grupo de personas que vivían el largo invierno sin sentir un solo día el contacto de unas ropas secas sobre su cuerpo. La dureza del clima, la escasez de vestidos y la inhóspita frialdad de las modestas casas, expresadas en unos harapos húmedos que serán para esas gentes como una segunda piel durante el invierno interminable. O el suicidio de un hombre que ya no puede más y con sus últimas fuerzas golpea tozudamente con un pico la capa de hielo que cubre el río hasta lograr hacer un agujero".

Ruptura con lo viejo

Por esos años a los que se refieren esas imágenes, "el Partido Socialdemócrata había comenzado la larga marcha hacia el poder y los movimientos populares (sindicales, educativos, antialcohólicos, religiosos) estaban luchando por su dignidad, en un combate donde la cultura desempeñó un papel protagonista"."Suecia era por los años veinte, época del nacimiento de la poesía sueca contemporánea, un país muy aislado y no sólo por su situación geográfica", dijo Uriz.

"Aunque los angustiados poemas de Par Lagerkvist y, sobre todo, la obra de unos poetas finlandeses de expresión sueca son los precursores de la poesía contemporánea en Suecia, es la aparición de la antología Fem unga (Cinco jóvenes), en 1929, lo que marca la ruptura con lo viejo y el nacimiento de lo nuevo. Tres años más tarde" -prosiguió Uriz- "el Partido Socialdemócrata alcanza una gran victoria electoral y desde el Gobierno pone en marcha un plan de reformas que transformará un país duramente clasista en lo que se vino a llamar "el hogar de todo el pueblo". De los "cinco jóvenes" de la antología destacan dos, ambos autodidactas, de origen humilde, campesino, nacidos en aldeas del sur del país: Harry Martisom, el insuperado poeta de la naturaleza que sufrió la dificil popularidad del Nobel, y Artur Lundkvist, la personalidad literaria más importante de este siglo en Suecia".

Uriz cree que, como poeta, "Lundkvist rompió las fronteras que imponían la métrica y la rima y metió en la poesía la realidad de su tiempo -urbanización e industrialización, máquinas y obreros- y junto con ella las influencias de poetas norteamericanos y franceses. Como crítico literario presentó a sus conciudadanos las obras más avanzadas de su tiempo."

"La generación de los años cuarenta -utilizo la separación generacional usada en Suecia- sigue el camino abierto por "los cinco jóvenes": el del modernismo".

Esa generación nace durante la segunda guerra mundial y se desarrolla durante la guerra fría. "Es una generación", recordó Uriz, "poco dada al optimismo. Algunos de sus integrantes expresaron el desquiciamiento de los valores de una civilización por medio de un idioma roto, en una poesía dificil, hermética".

Poesía idílica

"La generación de los cincuenta lanza un movimiento neorromántico y florece entonces una poesía idílica, nostálgica, pero la disparidad de sus integrantes hace muy dificil señalar unas características comunes", señaló Uriz. "Mientras, el gran poeta sueco de este siglo, Gunnar Ekelöf, critica las transformaciones que están ocurriendo en el país, en una poesía desnuda que refleja implacablemente la soledad y el desamparo del hombre de hoy. En el decenio de los sesenta, el resultado de treinta años de pacientes reformas sociales se convierte, de la noche a la mañana, en "el modelo sueco", en una posible "tercera vía" de desarrollo".Uriz registró que por entonces surge una corriente poética llamada "la nueva sencillez".

Con ese viejo idioma, dijo Uriz, "creó Gunnar Ekelöf en ese decenio una de las cumbres de su obra, la trilogía de amor y muerte Diwan: exaltación de la poesía y reivindicación del poeta como visionario. Los acontecimientos políticos de ese decenio en el Tercer Mundo y la vocación de solidaridad tercermundista del Partido Socialdemócrata llevaron a muchos jóvenes a solidarizarse con la lucha de liberación de Asia, Africa y América Latina".

Los años setenta se inician bajo el signo de la crisis, con su secuela de estancamiento económico y su crisis editorial. El Partido Socialdemócrata, tras 44 años de Gobierno ininterrumpido, es derrotado en unas elecciones. "El Estado tiene que intervenir subvencionando la publicación de libros. Pero el imperialismo de los éxitos de venta internacionales y de los clubes de lectores va ocupando el tiempo que dedica a los libros el ciudadano lector y la publicación de literatura de vanguardia se va haciendo más difícil. Apenas se edita un poeta joven".

En la actualidad, terminó Uriz, "la situación es bastante parecida a la de los años cuarenta. La evolución de los acontecimientos del sureste asiático ha llevado a los poetas comprometidos al desencanto. Se sienten también impotentes ante la implacable marcha de la humanidad hacia la catástrofe nuclear".

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