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Entrevista:

Joan Perucho reivindica en su novela 'Pamela' el liberalismo de Marcelino Menéndez y Pelayo

Pamela es la última novela de Joan Perucho, escritor bilingüe, con una abundante cantidad de textos en su haber, desde que empezara a escribir en una revista universitaria en 1944. La novela es una historia distorsionada del siglo XIX español con una reivindicación casi apasionada de Menéndez y Pelayo, mezclada con la habitual técnica narrativa del autor, que incluye la magia, los fantasmas y los monstruos.En el año 1981 fue el ganador del Premi Ramon Llull con la novela Les aventures del cavaller Kosmes, libro que obtuvo los premios de la crítica y Joan Creixells. En estos momentos prepara un libro de poemas, Quadems d'Albinyana, (Cuadernos de Albinyana), inspirado por la presencia de un cuadro de la bisabuela de su esposa, y la versión castellana de Pamela.

Pregunta. Pamela parte la novela inglesa homónima del siglo XVIII, pero distorsionándola al igual que la historia de España, ¿cómo se le ocurrió la idea?

Respuesta. La Pamela de Richardson es una larga novela epistolar. Aquí tengo la edición castellana de 1799, quince años de diferencia, con la edición inglesa, Corregida y acomodada nuestras costumbres por el traductor. Cogí este personaje porque el título completo de la novela de Pamela Andrews es Pamela o el premio a la virtud. Yo parto del momento del triunfo de la mujer llena de virtud, y la convierto en una satanista. Es darle un poco la vuelta. Harta de su vida virtuosa la arroja por la borda, entra en una logia masónica, se va a París: el desenfreno. Conoce a Cagliostro, dilapida su fortuna y así hasta que conoce a Lord Holland, que es el primer personaje real y que tuvo . una in fluencia importante en la política española del siglo XIX, como lo prueba el epistolario con Quintana -unas cartas preciosas-, una de esas cosas que se publican una vez y nunca más.

P. Esa presencia de personajes reales es una de las partes más divertidas y a. la vez más emocionantes de la obra, usted parece reivindicar las vertientes humanas de los personajes, Menéndez y Pelayo, especialmente, pero también Monturiol...

R. Aquí he adoptado actitudes claramente románticas. El hombre frente a la adversidad, el punto heroico de la vida de aventuras, contrastado con la sabiduría, la sensatez de Menéndez Pelayo. Y con su liberalismo. Porque hay una imagen de Menéndez Pelayo, al que ahora se empieza a rescatar, pero que durante años lo ha hecho pararecer como una bestia negra. Leyéndolo se da uno cuenta de que no es verdad. Es posible que los partidos políticos lo hubieran aprovechado de una forma abusiva, dando una imagen falsa de él. Naturalmente era un hombre católico a machamartillo, pero de un gran fondo liberal y cada vez profundizó más en el liberalismo. Yo me agarré a él como a un clavo ardiente cuando me di cuenta de la inmensa envidia de los españoles. Menéndez fue llevado a la Academia con la garantía de que iba a salir, y además tenía todos los pronunciamientos porque no había entonces nadie en Europa con su talla intelecutal, en su campo, y todos estaban dispuestos a votarlo y además se lo había dicho. Y llega la votación y sacó tres votos y todos los demás votaron en contra.

P. Hay también un uso de una abundante cantidad de lenguas románicas, catalán, castellano, francés y portugués.

R. Me interesan todas las lenguas y todas las culturas, pero está el hecho de que soy un escritor hi lingüe, no renuncio a Ramon Llull ni Ausiás March, pero tampoco a Cervantes. Yo escribo básicamente por diversión, pero debe ser en el momento oportuno. Mis escritos son como acotaciones a mis lecturas, porque a mí lo que más me gusta de todo es leer. Cuando me siento saturado de lectura escribo situaciones distorsionándolas.

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