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Falta de organización y escaso eco del Festival de Cine en el público sevillano

A primera hora de la mañana del último día del año, se presentó a la Prensa la primera película española de la sección oficial del III Festival Internacional de Cine de Sevilla, Corre, gitano, de Tony Gatllif, mientras las mejores horas del mismo día se reservaban para el filme australiano El hombre de Río Nevado, distribuida por una empresa norteamericana y presentada en el festival sin subtítulos ni traducción simultánea. En el festival se aprecia una falta de organización y poco público.

ENVIADO ESPECIALHabía ocurrido ya lo mismo con El día de las idiotas, del alemán Werner Schroeter, así como con Veredicto final, de Sidney Lumet, que, además, en algunas de las sesiones previstas para el públicos sevillano tuvo que ser reemplazada precipitadamente por otra película cualquiera ante la no comparecencia de los traductores simultáneos.Se coloca así en primer lugar, en este festival, la inteligibilidad de las películas. Mi año favorito, de Richard Benjamín, presentada por Cinema International Corporation, gozó de perfectos subtítulos en castellano contribuyendo de esta forma a que su divertida trama -un viejo y legendario actor (Peter O'Toole), violentamente alcoholizado, debe actuar en directo en un programa de televisión, y su pánico genera situaciones sorprendentes-, alcanzara un éxito apasionado entre los asistentes al festival.

También el filme español Corre gitano intentó interesar a la mayor parte posible de espectadores proyectando una copia subtitulada en inglés. Buena medida, toda vez que esta película tiene un claro destino en su distribución en el extranjero, sobre todo en la versión de una hora que se destina a televisión. En ella, se retrata el excente espectáculo musical de Mario Maya, Ay, jondo, representado en muchos escenarios de todo el mundo por el Teatro Gitano Andaluz. Al grueso de esta filmación se ha añadido una breve historia paralela que narra el drama de un gitano de 14 años culpado erróneamente de un crimen. La solidaridad de los suyos le permite huir de la Guardia Civil, pero no de la muerte.

Interés de 'Corre, gitano'

Ingenua, y filmada en términos de aficionado, esta parte dramática no aclara ni precisa con mayor rigor el espectáculo original de Mario Maya, aunque prolonga la película a una duración estandar. Es un error: el francés Tony Gatllif no conoce suficientemente las reglas del cine ni, evidentemente, se ha sabido aconsejar.

No pudieron conocerse, sin embargo, las circunstancias de su rodaje ya que la anunciada conferencia de Prensa sobre este filme fue aplazada por el productor en protesta por la hora elegida para su conocimiento por los periodistas A cambio, el festival organizó la de la segunda película española Freddie, el croupier, veinticuatro horas antes de ser proyectada. Aún no la conocemos.

Esta desorganización ha influido probablemiente en la escasa presencia del público sevillano a todas las sesiones. A pesar de que se exhiben ciclos paralelos en locales de barrio, la información de su películas es escasa y confusa, y el resultado es que a solo 3.000 pesetas llega la recaudación diaria de algún cine, mientras que el de mayor éxito apenas supera las 20.000 pesetas, sumando sus cinco películas programadas por jornada.

La Prensa local se hace eco de ese fracaso, denunciando los constantes cambios de programación -hasta doce en un mismo día- además del despiste de ciertos espectadores que se acercan a algunos locales del festival creyendo que, como de costumbre, se exhiben en ellos películas S.

Hay críticos sevillanos, en desa cuerdo con este III Festival, que apoyaron su teorías negativas en la ausencia de Rafael Escuredo d todas sus manifestaciones públicas. Sin embargo, el presidente del Gobierno autonómico hizo patente su presencia en la muy bien or ganizada cena de fin de año con la que el festival festejó a sus invitados. Escuredo no pronunció discursos, pero con su presencia despejó los rumores que ya existían sobre su voluntaria marginación.

El propio festival se hace eco de sus errores en el boletín que diariamente publica, confiando en que la experiencia de los primeros días sirva para mejorar la realidad de los últimos. De hecho, este III Festival sólo acaba de comenzar y cabe suponer que el especial espíritu que provocan estos días festivos influya en tanta desorganización. Es posible, incluso, que la presencia del público sevillano aumente durante la próxima semana, bien entendido que ello sólo será posible si la información es más abundante y la seriedad de las proyecciones, indiscutible.

A juicio de algunos comentaristas, el frustrado homenaje que se preveía este año a la actriz Estrellita Castro, siguiendo la tradición iniciada años anteriores con los de Antoñita Colomé e Imperio Argentina, ha condicionado la deserción del público. En este sentido, el director del festival, José G. Maeso, ha hecho tajantes declaraciones señalando, que fue el muy discutible equipo anterior quien pensó en tal homenaje.

Sin embargo, sorprende que la revisión del cine de Estrellita Castro haya sido reemplazada por un cielo semejante, Andalucía en el cine, y que la presencia de la estrella se haya cambiado por la presencia de las actrices Mari Paz Pondal y Francisca Gabaldón.

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