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Tribuna
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Expectativas para solucionar la crisis del cine

El nombramiento de Pilar Miró al frente de la Dirección General de Cinematografía abre nuevas expectativas para, solucionar algunos de los eternos problemas del cine español. Pilar Miró ha mantenido una notable actividad en la Asociación de Productores Cinematográficos (APC), que reúne el mayor número de asociados en este tipo de entidades.Para acabar con los problemas más urgentes de nuestro cine, denunciados ya en el I Congreso Democrático del Cine Español, que se celebró en 1.979 parece necesario establecer, en primer lugar, un riguroso control de taquilla, que permita conocer con exactitud las auténticas recaudaciones de las películas, y reformar, a continuación, el sistema de contrato de las películas españolas, generalmente sacrificadas en un tanto alzado que no permite al productor beneficiarse del posible éxito de sus productos.; revisar la cuantía de la protección estatal al largometraje y reformar sustancialmente la ayuda al corto.

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Otra de las soluciones sería la posibilidad de aplicar en España el sistema de protección francés, avance sur recettes, que adelanta al productor ciertas. cantidades, que sólo son recuperadas en el taquillaje. En el mismo sentido, la posible reforma de los premios a la calidad -ocho millones de pesetas para cada una de las diez mejores películas del año-, de forma de sea el productor su mayor beneficiario.

Eliminar la entidad Cinespaña, cuya ineficacia ha dado al traste con la posibilidad de distribuir cine español en el extranjero y, paralelamente, crear una entidad nueva con criterios distintos, regida por profesionales especializados. En consecuencia, establecer una política de festivales cinematográficos que permita al cine español presentarse con mayor dignidad que hasta ahora. Y, en el mismo tono, fomentar la calidad de las publicaciones oficiales, habitualmente limitadas y erróneas.

Exigir la cuota de pantalla de Televisión Española, de forma que ésta cumpla los requisitos de proyectar películas nacionales a los que están obligadas las salas comerciales. Con Televisión, igualmente, sería preciso crear un sistema continuo de contratación para que los famosos 1.300 millones de pesetas no sean un hecho aislado.

Estructurar la comercialización en sistemas de vídeo para evitar los continuos fraudes que sufre el consumidor. Lo que daría pie a la creación de una ley que defienda los derechos de los espectadores, tan vapuleados con malas proyecciones , y engañosa publicidad.

Aunque obvio es considerarlo, la nueva directora general de Cinematografía deberá eliminar la censura hasta anora existente y reflejada claramente en los casos de las películas El proceso de Burgos y Después de..., que no obtuvieron la protección que sí logra cualquier otra película española.La realizadora de El crimen de Cuenca conoce bien las angustias provocadas por los censores recalcitrantes.

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