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Pérez de Cuéllar llega a Moscú con el deseo de solucionar el tema afgano

El secretario general de las Naciones Unidas, Javier Pérez de Cuéllar, llegó ayer a Moscú para realizar lo que en medios diplomáticos soviéticos se califica simplemente de "visita protocolaria". Sin embargo, la presencia en la URS S de Pérez de Cuéllar podría servir para tratar de buscar una salida al problema de Afganistán, según se estima en círculos occidentales de Moscú.Diego Córdovez, vicesecretario general de la ONU, encargado del tema de Afganistán, acompaña en su viaje a Javier Pérez de Cuéllar. Córdovez, de nacionalidad ecuatoriana, ha sido el hombre que reunió en Ginebra a paquistaníes y afganos, el pasado mes de junio para discutir los problemas de Afganistán.

Aquella reunión fue considerada positiva por el ministro de Asuntos Exteriores del Gobierno de Kabul, Shah Nuhammed Dost, y se espera que se reanudará a finales del mes de octubre, después de que Córdovez emprenda nuevos contactos diplomáticos con las partes implicadas en el tema durante la próxima Asamblea General de las Naciones Unidas. Córdovez tendría también que viajar próximamente a Pakistán, Afganistán e Irán, país este último que no asistió -en contra de lo previsto- a las conversaciones de Ginebra.

El diálogo sobre Afganistán toma, pues, un nuevo ritmo después de los aparentemente estériles contactos realizados en Moscú por el embajador norteamericano, Arthur Hartman, que sirvieron de prolongación a las entrevistas mantenidas el pasado mes de junio, en la sede de la ONU en Nueva York, entre el entonces jefe de la diplomacia estadounidense, Alexander Haig, y su colega soviético, Andrei Gromiko.

La presencia en Moscú de Javier Pérez de Cuéllar y Diego Córdovez coincide con la estancia en la URSS de Niaz Ahmed Naik, viceministro de Asuntos Exteriores de Pakistán, quien devuelve así la visita realizada a Islamabad por su colega soviético, Níkolai Firyubin, durante la pasada primavera.

Además, el próximo día 14 llegará a la URSS el ministro de Asuntos Exteriores, indio, Narsimha Rao, quien preparará el próximo viaje que iniciará seis días después la primera ministra, Indira Gandhi.

Cualquiera diría que este mes de septiembre parece haberlo dedicado la diplomacia soviética a las cuestiones de Asia central y, por tanto, al problema afgano. La visita de Pérez de Cuéllar podría servir para acelerar un entendimiento al respecto entre los países de la zona, así como se descarta que valga para revitalizar el estancado diálogo Este-Oeste.

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Pérez de Cuéllar conoce bien el problema: él fue el representante del entonces secretario general de la ONU, Kurt Waldheim, para la cuestión de Afganistán y viajó repetidas veces por la región. El informe que realizó con ocasión de su visita a Kabul después de la invasión soviética, si bien no solucionó nada, al menos sirvió para no enojar a nadie, lo que terminaría llevándole al cargo de secretario general.

El diplomático peruano también conoce bien a los soviéticos: él fue embajador en Moscú entre 1969 y 1971, cuando el Gobierno militar que ocupaba el poder en Lima decidió restablecer las relaciones con la URSS.

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