Beguin insiste en la retirada de los sirios
El primer ministro israelí, Menájem Beguin, ha reiterado que los sirios y los palestinos (combatientes) tienen que salir de Líbano. Beguin realizó la imperativa afirmación durante una intervención ante la comisión conjunta de Asuntos Exteriores y de Defensa reunida el martes en el Parlamento.En el curso de esta reunión, calificada de tempestuosa por la radio nacional israelí, el primer ministro manifestó que, a su juicio, la ofensiva israelí en Líbano había alcanzado sus objetivos y que esperaba que la fase de combate hubiera sido ya superada.
Sin embargo, añadió Beguin, "si Siria nos ataca, la atacaremos". Ayer, fuerzas sirias e israelíes se enfrentaron con disparos de ametralladora y fuego de artillería en las montañas, a unos veinte kilómetros al este de la capital libanesa, según informaba Radio Beirut, que citaba fuentes de seguridad libanesa. Para Radio Israel, los enfrentamientos fueron entre falangistas cristianos e izquierdistas libaneses.
Otra emisora israelí, en este caso la de las fuerzas armadas, aseguraba que actualmente hay 6.000 fedayin incrustados en las filas sirias en el valle de la Bekaa y en el norte de Líbano. Medios occidentales evalúan en 2.000 el número de palestinos que se encuentran en la Bekaa.
Según fuentes militares israelíes decenas de combatientes palestinos han conseguido salir de Beirut oeste en los últimos días y sumarse a los sirios en el norte del país. "Son acogidos por el Ejército sirio que les asigna posiciones ( ... ), se puede ver desde las líneas israelíes vehículos sirios que reavituallan cotidianamente a estas unidades palestinas", afirma la emisora remitiéndose a fuentes militares.
Ante la eventualidad de un posible conflicto sírio-isrelí, ha viajado a Washington Rifat Asad, hermano del presidente sirio.
La tempestuosidad de la reunión, en la que Beguin volvió a repetir la necesidad de que los sirios evacúen Líbano, vino dada por las condenas que el jefe de la oposición laborista, Shimon Peres, efectuó contra los bombardeos israelíes de la capital libanesa y por la acusación contra el primer ministro de haber vendido a los norteamericanos la idea de efectuar concesiones territoriales en Cisjordania y Gaza.
