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Graves negligencias del servicio de seguridad de Isabel II

Andrés Ortega

La policía del palacio de Buckingham dio prueba de incompetencia al no impedir la entrada de Michael Fagan al dormitorio de la reina Isabel II de Inglaterra en la madrugada del 9 de julio, concluía un informe redactado por un comisario y publicado ayer. El intruso amenazó con suicidarse ante la soberana. La reina y una criada, lograron sacarle de la alcoba.Este incidente y la confesión del guardaespaldas personal de la reina, Michael Trestrail, sobre sus relaciones homosexuales lo largo de varios años, han llevado a una total reorganización de las medidas de seguridad que rodean no sólo a la reina, sino a toda la familia real.

Fagan llegó a introducirse en la alcoba de la reina tras "una serie de fallos" en los servicios de seguridad, según el informe del comisario adjunto John Dellow. Estos fallos, según Dellow "plantean dudas sobre la motivación y profesionalismo de los policías uniformados de palacio".

Fagan, de 31 años de edad, y que, a falta de pruebas, no ha sido acusado por este incidente, saltó la verja de palacio en la madrugada del 9 de julio. Fue visto, pero nadie reaccionó. Entró en el edificio por una ventana abierta en el piso bajo, pasando a la sala que contiene la valiosa colección de sellos de la reina. La alarma se disparó. Un policía la desconectó. Como las puertas de la sala estaban cerradas, Fagan volvió a salir por donde entró.

Por una tubería subió al tejado de palacio. Entró por otra ventana, también abierta, y se dirigió hacia los aposentos de la reina "guiándose por los cuadros", según este informe. Una criada le vio pero no sospechó nada. Así, Fagan llegó al aposento de la reina.

La despertó. Con un cenicero roto amenazó con cortarse las venas delante de la soberana. La reina apretó su timbre de alarma. No funcionó. Siguió una conversación de diez minutos. Fagan pidió un pitillo. La reina llamó por teléfono a la sala de guardia, que no hizo caso. Finalmente, llegó una criada y entre ella y la reina sacaron al intruso de la alcoba.

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