Andalucía rinde homenaje al actor sevillano Juan Bernabé
Diez años después de su muerte, Juan Bernabé ha sido recordado en su ciudad de Lebrija. La conmemoración empezó con un pleno extraordinario del Ayuntamiento, nombrándole hijo adoptivo de la ciudad, y terminó con una representación del ya legendario Oratorio, que hiciera del Teatro Lebrijano, primero en los pueblos andaluces, luego en los Festivales Internacionales de Madrid y de Nancy, el centro de resonantes y justificadas calificaciones.Adscrito a los esquemas generales del teatro independiente español de los últimos sesenta, con la consabida carga política y la voluntad de dirigirse a públicos nuevos y populares, el Teatro Lebrijano adquirió poco a poco la singularidad que el medio agrario y andaluz le imponía. En su repertorio figuraban muchos de los títulos que por entonces representaban nuestros teatros independientes, pero el modo de ponerlos en escena tenía que estar necesariamente condicionado por una realidad cultural y económica distinta de la que se daba en las grandes ciudades, foco habitual de nuestros grupos teatrales.
El destino de Oratorio, tragedia de Alfonso Jiménez Romero, en el Teatro Lebrijano fue, en este sentido, muy esclarecedor. La obra, que gozó, por sus características, de un gran predicamento entre nuestros grupos independientes, muchos de los cuales la montaron, fue puesta en escena inicialmente por el Teatro Lebrijano, respetando las pautas convencionales. Sobre cualquier escenario a la italiana, enfundados en sus mallas, los actores declamaron el texto de Jiménez, sabiendo que los espectadores estaban dispuestos, en el ejercicio de la complicidad con que la inteligencia respondía a la censura, a entender de lo que en realidad se hablaba tras la referencia a los tiranos del pasado y a los vencidos en ambiguas guerras.
Transcurrido algún tiempo, el Lebrijano, siempre dirigido por Bernabé, retomó el texto, e hizo con él lo que nunca hubieran podido hacer los grupos de otros lugares. Por lo pronto, Bernabé liberó a los actores del hieratismo que tradicionalmente acompañaba a la tragedia; incorporó a la representación una expresión corporal y una violencia oral cuyas raíces había que buscar en la identidad del grupo, identidad que también contribuía a la aceptación de cierta disciplina ceremonial, de un ritmo y de un sentido iconográfico emparentados con el cante y el procesionalismo religioso. El cante -de la mano de Salvador Távora y Pepe Suero- entra en el nuevo Oratorio, concebido para un espacio distinto, en el que se valora la presencia de paredes blancas y reales, y frente al cual se intenta conformar un público psíquica y emocionalmente cercano.
El hecho es que este segundo Oratorio fue analizado por la crítica española y la internacional como un paso importante en la creación de una poética escénica que, sin folklorismos, asumía una serie de trazos de la cultura andaluza. Lo que, en el plano de la literatura dramática andaluza, puedan significar hoy un García Lorca o un Alberti podía haberlo sido Juan Bernabé en el de la dirección escénica. Lo cual no supone, como es lógico, que no sean posibles otras vías del teatro andaluz igualmente auténticas.
Desgraciadamente, y cuando preparaba un monta e de La Gallarda para la compañía de Aurora Bautista, Bernabé, afectado por un tumor cerebral, murió en el Clínico de Madrid.
Su juventud y las duras condiciones materiales y políticas en que realizó su trabajo impiden recordar la obra de Bernabé como algo acabado. Pero es obvio que en sus montajes y, muy concretamente, en el de Oratorio se dieron una serie de propuestas importantes que son, sin duda, un claro antecedente de La Cuadra.
Esto explica que en la I Semana de Teatro Juan Bernabé, patrocinada por el Ayuntamiento de Lebrija, participara, además de varios grupos y diversos conferenciantes, la Andalucía amarga, de Salvador Távora.
La respuesta del pueblo no pudo ser más emocionante. Y el Ayuntamiento, que preside Antonio Torres, antiguo actor del Teatro Lebrijano, se apuntó varios triunfos: el éxito de la primera semana, el anuncio de la segunda para el año próximo, el rodaje de un vídeo del Oratorio Lebrijano, recreado por sus viejos actores, y la justa y masiva exaltación del recuerdo de Juan Bernabé, una figura importante en la moderna historia del teatro andaluz.
Babelia
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