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Rostropovich y la Orquesta Sinfónica Nacional de Washington terminan en España una gira por Europa

Hoy actúan en el Palau de la Música de Barcelona y mañana lo harán en el teatro Real de Madrid

Mstislav Rostropovich, violoncellista, compositor y director de orquesta, va a terminar hoy y mañana en España una gira por diversas ciudades europeas, que comenzó el pasado día 4 de este mes en Zurich, al frente de la Orquesta Sinfónica Nacional de Washington. Rostropovich, uno de los músicos más completos de este siglo, se presenta hoy en el Palau de la Música de Barcelona y mañana lo hará en el teatro Real de Madrid al frente de una de las orquestas más importantes de Estados Unidos que, sin embargo, no había participado en ningún programa europeo desde hace quince años.

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Mañana se presenta en el teatro Real de Madrid la Orquesta Sinfónica Nacional de Washington, dirigida por Mstislav Rostropovich, a quien, en esta ocasión, no escucharemos en su más excepcional categoría: la de violonchelista. En el programa figuran los preludios de los actos primero y tercero de Los maestros cantores, de Wagner; la segunda sinfonía de Schumann, y la quinta de Shostakovich.Rostropovich es, sin duda, uno de los mitos de nuestro tiempo, y su formación musical es tan extensa como completa.

Nacido en Baku el año 1927, fueron sus padres los primeros profesores de piano y violonchelo. La madre de Rostropovich era una excelente pianista y el padre había aprendido de Pablo Casals la renovada técnica del violonchelo. A estas especialidades añadió nuestro músico las de composición y dirección.

Pero la fama de Rostropovich llegaría pronto unida al violonchelo, ya que poco más que veinteañero se dio a conocer en todo el mundo como una de esas figuras que marcan hitos en la interpretativa occidental.

El arte de Rostropovich, superador de todo virtuosismo técnico, alcanzó, desde el primer momento, unos niveles de creatividad musical que le convirtieron en uno de esos pocos concertistas capaces de servir a la verdad de las partituras desde su propia magnífica imaginación. Esto, tanto cuando aborda Juan Sebastián Bach como cuando da a conocer las obras que para él escribieron Prokofiev, Shostakovich, Britten, Dutilleux y tantos otros.

Si ante el piano los recitales de Rostropovich en unión de su mujer, la cantante Galina Vishnevskala, constituyeron un modelo de fusión y equilibrio a través del cual nos llega el repertorio liederístico en su máxima capacidad emocional, no podía Rostropovich perder esa eficacia ante la orquesta. Así, sus versiones de sinfonías tan diversas como las de Schumann y Shostakovich, sus montajes de óperas italianas, alemanas o rusas, reflejan el genio de intérprete-creador característico del solista soviético, alejado desde hace años de su patria, pero irrenunciablemente entraña a ella en su sustancialidad.

Sustancia e ideología tan evidenciadas en sus actitudes morales como en su dedicación musical. El pensamiento de Rostropovich hereda y acomoda a nuestro tiempo el conflicto humanístico, de tanta tensión dramática, que determinó la obra de Beethoven y todos sus grandes sucesores. Con un instrumento de calidad, como es la Sinfónica Nacional de Washington, Rostropovich explicará, como a través del violonchelo, su manera de entender la música como expresión de utilidad social, según proclamara, hace décadas, nuestro Manuel de Falla.

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