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Moscu critica abiertamente, por vez primera a la Junta Militar argentina

La agencia oficial soviética Tass -recogiendo un documento del Partido Comunista de Argentina- acusó ayer a la Junta Militar que gobierna en Buenos Aires de iniciar un "giro a la derecha" que es "contrario a los anhelos del pueblo". Esta crítica soviética resulta bastante novedosa. Moscú había venido tratando con suma prudencia a la Junta argentina, a la que no incluía en sus ataques contra los "regímenes fascistas latino americanos".Una actitud similar se venía observando en los últimos tiempos con Uruguay, país éste que comenzaba a relanzar sus intercambios económicos con la URSS.

Las relaciones económicas entre Buenos Aires y Moscú son muy estrechas. Más de las tres cuartas partes del grano que exporta Argentina tiene como destinataria a la URSS. Entre los meses de enero y noviembre de 1981, la Unión Soviética compró a los argentinos un total de dieciocho millones de toneladas.

Gracias a que Buenos Aires no se sumó en 1980 al boicoteo económico dictado por el entonces presidente de Estados Unidos, Jimmy Carter, contra la intervención soviética en Afganistán, la URSS pudo cubrir sus déficit de grano.

Las críticas lanzadas ayer por Tass pueden significar el inicio de una nueva etapa en las relaciones entre ambos países. El nuevo jefe de la Junta Militar argentina, teniente general Leopoldo Galtieri, tiene fama de pronorteamericano y en diversas declaraciones se ha mostrado partidario de las soluciones "duras" para las crisis de Centroamérica.

"Si Galtieri rompe los lazos económicos con la URSS, no lograría mantenerse en el poder ni quince dias más, debido a las graves repercusiones que ésto tendría en la economía de su país", afirmaba ayer en Moscú un experto en las relaciones entre ambos países.

Dependencia mutua

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Para los soviéticos, las cosas tampoco se presentan fáciles. Argentina -y en menor medida Canadá, Australia y Nueva Zelanda- es un país sin cuya colaboración la URSS no podría superar sus casi endémicos déficits de grano, especialmente ahora que Washintgon se ha mostrado de nuevo favorable a la política de sanciones y nadie puede garantizar que no vuelva a iniciar un boicoteo similar al de Carter en el año 1980.Lo cierto es que la cooperación entre Moscú y Buenos Aires parece estrenar crisis con la llegada al poder de Galtieri. Los mas optimistas subrayan, no obstante, que los responsables del comercio exterior argentino siguen, en su mayor parte, en sus antiguos puestos.

Hasta ahora, las relaciones entre los regímenes de Moscú y Buenos Aires han sido especialmente buenas. El Kremlin mantiene en la capital bonaerense su más nutrida embajada latinoamericana y el Partido Comunista argentino ha gozado en los últimos años, al margen de su prohibición oficial, de un status relativamente privilegiado en comparación con otras formaciones políticas que han sufrido la cerrada represión de la Junta Militar.

Aparte del grano, Argentina tendrá que enviar a la URSS, durante el quinquenio 1981-1985, de 60.000 a 100.000 toneladas de carne, producto también deficitario en la Unión Soviética. La balanza comercial es muy favorable a Argentina. El pasado año -a falta de estadísticas definitivas- el saldo en beneficio de este país del cono sur habría ascendido a unos dos mil millones de rublos, más de 260.000 millones de pesetas.

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