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La restauración de las esculturas de la catedral de León, nuevamente interrumpida por falta de fondos

Los trabajos tienen carácter de experiencia piloto

Las obras de restauración de los conjuntos escultóricos de la catedral de León han tenido que ser interrumpidas por segunda vez en lo que va de año por Ia de fondos, después de que el Ministerio de Cultura hubiera presupuestado para ellas, con carácter urgente, trece millones de pesetas, de los que sólo han sido hechos efectivos dos. Los trabajos tenían carácter de experiencia piloto para otros monumentos histórico-artísticos deteriorados por el llamado mal de piedra, con técnicas de conservación que anteriormente sólo se habían aplicado en España a pequeñas piezas de museo o en restauraciones muy parciales.

Las obras abarcan 36 grandes esculturas del siglo XIII en la fachada principal de la catedral, junto con otro centenar y medio de figuras y relieves en tímpanos y arquivoltas, a las que se añade un conjunto similar, aunque de menores dimensiones, en la fachada sur. Las primeras tienen hasta 2,30 metros de altura y un peso de cerca de una tonelada. Hasta el momento ha sido restaurada una tercera parte del total: la llamada portada de San Juan y, parcialmente, la portada del centro.Según el director de obra, Andrés Escalera, del Instituto de Conservación y Restauración, los trabajos han quedado suspendidos hasta que el Ministerio abone a la empresa adjudicataria la parte realizada hasta ahora, valorada en unos tres millones de pesetas.

Desde el pasado mes de enero, en que se ejecutaron los primeros trabajos, la empresa solamente ha percibido una cantidad próxima a los dos millones de pesetas, invertidos en habilitar un laboratorio en las inmediaciones de la catedral. Desde entonces, todos los pagos quedaron congelados y las obras sufrieron una primera interrupción entre los meses de agosto y noviembre.

Desde finales de la pasada semana, el laboratorio quedó clausurado indefinidamente, sin que se descarte la posibilidad de que las últimas reestructuraciones ministeriales retrasen sin fecha determinada el proyecto. Frente a este problema -que, según la misma fuente, tiene un origen meramente burocrático- se destaca el bajo coste de las obras en relación con otros proyectos del Ministerio y el hecho de que su terminación no precisaría más de un año de plazo.

Las esculturas y relieves objeto de restauración constituyen, junto con las vidrieras, los conjuntos más valiosos de la catedral de León, construida con piedra caliza procedente de las canteras de Boñar, que ha sufrido un grave proceso de deterioro a lo largo del tiempo por efectos de la humedad y de la erosión. Se considera que desde su construcción, en el siglo XIII, se ha perdido definitivamente el 20% de las figuras talladas en la piedra, mientras que el restro corre un peligro inmediato.

Las técnicas utilizadas en su restauración se basan en la desalación de la piedra respetando lo poco que queda de la antigua policromía de las imágenes, que posteriormente son sumergidas en un baño de resinas acrílicas al vacío. Estas penetran en los materiales originales entre tres y treinta milímetros, protegiéndolos contra los agentes externos, lo que parece garantizar su conservación sin ningún tipo de riesgos durante un período mínimo de cincuenta años.

Las mismas fuentes han manifestado que el uso de estas técnicas se ha generalizado en Europa a partir de la segunda guerra mundial, con vistas a consolidar los edificios de carácter histórico y su ornamentación sin sustituir los elementos originales por copias. En España, sin embargo, este tipo de trabajos se ha realizado únicamente de manera experimental y con piezas de pequeñas dimensiones, por lo que esta restauración estaba proyectada como una obra-piloto para edificios que se encuentran en situación similar.

El deterioro de la catedral de León no se limita sólo a sus conjuntos escultóricos, tanto interiores como exteriores. En agosto de 1979, el Ayuntamiento optó por cerrar al tráfico peatonal un tramo de los alrededores del inmueble ante el peligro de desprendimiento de materiales, fundamentalmente de la torre norte.

Una restauración general del templo costaría, según algunos informes enviados a Madrid por la Comisión Provincial del Patrimonio, cerca de trescientos millones de pesetas.

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