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Esperanza de un mínimo acuerdo en la Conferencia de Madrid

El clima de la Conferencia sobre Seguridad y Cooperación en Europa (CSCE) que se desarrolla en Madrid, parece haber entrado, en vísperas de su aplazamiento navideño del 18 de diciembre próximo, en una fase en la que podría llegarse a un mínimo acuerdo, suficiente para evitar el naufragio absoluto de la reunión, en base a una propuesta perfilada por los llamados Estados neutrales.Una proposición finlandesa trata de buscar un texto que pueda ser aceptado por el Este y el Oeste antes de la mencionada fecha del 1 de diciembre, y que sería firmado en enero, con una reanudación de los trabajos de la reunión de Madrid para firmar el documento.

La propuesta finlandesa trata de conseguir un término medio en las medidas de seguridad planteadas por el Este y el Oeste basada en los términos de "seguridad funcional" y "seguridad geográfica". Mientras que los soviéticos desean que los acuerdos se establezcan sólo en base a la distribución de fuerzas (funcional), independientemente de su establecimiento geográfico, los norteamericanos piensan que hay que establecer límites fronterizos concretos donde estacionar las fuerzas (geográfico). Washington y los países occidentales piensan, por ejemplo, que una retirada de misiles a los Urales -límite europeo del territorio de la URSS- no es suficiente como para garantizar la seguridad de Occidente, porque desde ahí los cohetes seguirían alcanzado objetivos occidentales.

En círculos diplomáticos de la CSCE se ha comentado que precisamente los paises neutrales, caso de los Estados nórdicos y Austria especialmente, están muy interesados en que la conferencia de Madrid no fracase y en que las relaciones Este-Oeste se supediten a las decisiones que las dos superpotencias puedan obtener de sus conversaciones bilaterales desarmamentistas en Ginebra y Viena, sobre reducción de misiles y tropas, respectivamente.

A pesar de todo ello, las posibilidades de llegar a un acuerdo son remotas por parte de EE UU y la URSS. Una prueba evidente de que la CSCE aguarda, cuando menos, los eventuales resultados del reabierto diálogo soviético-norteamericano en Ginebra es que en la sesión plenaria de ayer sus respectivos embajadores, Leónidas Ilitchov y Max Kampelman, se enzarzaron de nuevo en su "diálogo de sordos" sobre derechos humanos.

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