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Jaruzelski garantiza a sus aliados la firme unión de Polonia a la comunidad socialista

El primer gesto político del nuevo número uno polaco, el general Wojeich Jaruzelski, ha sido mostrar sin equívoco la "firme alianza" de Polonia al resto de la comunidad socialista. Después de enviar telegramas a todas las capitales del Este, el pasado lunes comenzó a recibir a los embajadores de los países del Pacto de Varsovia (URSS, Checoslovaquia, Hungría, RDA, Rumanía y Bulgaria) en Varsovia.

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A todos ellos, Jaruzelski les garantizó que su Gobierno no tiene la más mínima intención de abandonar el Pacto de Varsovia ni el Comecon (Mercado Común del Este) y les solicitó "ayuda económica", ratificando que su política será contraria a la confrontación abierta con el sindicato Solidaridad.Dos días después del cambio en la dirección del Partido Obrero Unificado Polaco la exigencia del Comité Central de una suspensión del derecho de huelga parece irreconciliable con la posición del sindicato independiente Solidaridad, que considera la huelga como un arma imprescindible para su lucha sindical, informa desde Bonn José Comas.

El miembro del Buró Político y secretario del Comité Central, Stefan Olszowski, oscilante entre posiciones de gran dureza hasta conciliatorias en momentos críticos, se alineó con las posturas más duras en su intervención en una reunión del partido en Raaom.

Después del discurso concilador de Jaruzelski ante el pleno del Comité Central, Olszowski, que insistió en la suspensión del derecho de huelga, repitió expresamente el punto de la declaración del Comité Central en el que se dice que, "puesto que la seguridad del Estado y la existencia de la nación están en peligro, el Comité Central considera necesario que los supremos órganos de poder de la República Popular de Polonia recurran en caso necesario a los derechos constitucionales previstos para la defensa de los intereses vitales de la nación y del Estado". Este método constitucional es el estado de guerra.

El portavoz de Solidaridad, Marek Brunne, declaró en Gdansk que los acuerdos de agosto de 1980 no se pueden volver a negociar. La presidencia de Solidaridad, reunida en esta ciudad, respondió con ponderación a los deseos oficiales de suspender el derecho de huelga, pero alertaron a las autoridades en contra de medidas autoritarias y que "no corrijan las causas profundas" que originan las huelgas.

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A pesar de todo, la situación conoce desde ayer un nuevo foco de tensión, al desalojar la policía, con gases lacrimógenos, a una muchedumbre que se concentró en Katowice (Silesia) ante furgoneta de reparto de publicaciones de Solidaridad. En el altercado resultó golpeado el líder sindical Tadeusz Buranowski, detenido posteriormente. La situación recuerda a los incidentes de Bydgoszcz, la primavera pasada, que colocó al país al borde de una huelga general.

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