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"Las mujeres para la paz" llegan a pie a la capital belga

Soledad Gallego-Díaz

La marcha de las mujeres para la paz, que salió de Copenhague (Dinamarca) a principios de julio, ha llegado a Bruselas, donde ayer fue recibida por el presidente del Grupo Socialista del Parlamento Europeo, Ernest Glinne. Las cerca de cincuenta mujeres, de nacionalidades danesa, sueca, noruega y finlandesa, recorren Europa a pie para protestar contra la guerra y pedir la desnuclearización de nuestro continente, "desde Polonia a Portugal". Su presencia en la capital comunitaria ha coincidido con un hecho sin precedentes: el Senado belga acaba de aprobar una resolución en la que pide al Gobierno que asuma el llamamiento de los 53 premios Nobel contra el hambre en el mundo y que solicite la convocatoria urgente del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas para una sesión extraordinaria sobre el tema.Los movimientos pacifistas y humanitarios conocen un renacimiento impresionante en la Europa del Norte, como respuesta tal vez al empeoramiento de las relaciones Este-Oeste y al probable inicio de una nueva carrera de armamentos si no prosperan las negociaciones entre Estados Unidos y la Unión Soviética, previstas para el próximo otoño.

El llamamiento efectuado por los 53 premios Nobel el pasado mes de junio, a iniciativa del Partido Radical italiano, se está convirtiendo en un banderín de enganche con consecuencias mucho más grandes de las previstas inicialmente. La resolución aprobada por el Senado de Bélgica pide al Gobierno una coalición de Democracia Cristiana y socialistas que convierta los objetivos del manifiesto en el "eje central de su política exterior" y que elabore, solo o en colaboración con los países de la Comunidad Económica Europea, un plan de urgencia "destinado a arrancar de la muerte por hambre y malnutrición a una población particularmente amenazada". Bélgica, si esta resolución prospera, empleará los medios diplomáticos a su alcance para convocar al Consejo de Seguridad de la ONU, a fin de promover la creación de un fondo mundial de desarrollo. Además, los senadores exigen a su Gobierno que dedique un 0,7% real de su producto nacional bruto a la ayuda para el desarrollo del Tercer Mundo.

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