Shimon Peres, heredero de Ben Gurion

Shimon Peres, 58 años, es el hombre que reestructuró el Partido Laborista tras las luchas que se produjeron en su interior después de las elecciones legislativas de mayo de 1977, a raíz de las cuales los laboristas quedaron en la oposición por primera vez desde la creación del Estado de Israel en 1948.El fracaso laborista fue tan imprevisto y duro que se requirió una persona con la tenacidad y un sentido tan marcado en el arte de establecer compromisos como los que tiene Peres para poder superar la crisis de su partido.

Peres había heredado todas estas capacidades del viejo león David Ben Gurion, de quien fue, -cuando sólo contaba 25 años-, el más joven lugarteniente y de quien ahora pretende ser sucesor.

Nacido en Bielorrusia, Peres llegó a Palestina a la edad de 11 años, encontrando por casualidad a Ben Gurion cuando hacía auto-stop. Tuvo una carrera fulgurante. Director de la misión encargada de comprar aprovisionamientos militares, se convirtió en 1953 en director general del Ministerio de Defensa, sentando entonces las bases de la industria aeronáutica y electrónica israelí e impulsando el programa nuclear del país.

La operación Entebbe

Diputado desde 1965, ha sido miembro de todos los gobiernos israelíes entre 1969 y 1977, poniéndose al frente del Ministerio de Defensa de 1974 a 1977. El momento más sobresaliente de su carrera llegó con la operación Entebbe, en 1976, cuando se trató de salvar de forma espectacular a los rehenes israelíes retenidos en un avión en Uganda.Por aquella época comenzó su profunda enemistad con el primer ministro Yitzhak Rabin, su rival en el seno del partido. Este enfrentamiento público sirvió de arma propagandística a Menájem Beguin, que no se ha privado de citar extractos de los "Carnets de viaje" de Rabin para intentar ridiculizarle.

Pero haciendo de Rabin, su enemigo de ayer, su actual aliado, y prometiéndole el Ministerio de Defensa, Peres ha logrado borrar la imagen de hombre poco digno de confianza que le atribuían sus adversarios, dando ahora, por el contrario, la de un hombre responsable y dotado de espíritu conciliador.