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Las novelas "iViva el pueblo!", de Sánchez Espeso y "La noche española", de Leopoldo Azancot, presentadas en la Biblioteca Nacional

La Editorial Cátedra ha presentado en Madrid dos nuevas novelas: iViva el pueblo!, de Germán Sánchez Espeso, y La noche española, de Leopoldo Azancot. La presentación se hizo en la Biblioteca Nacional, y el hecho de que la presidiera un director general -Javier Tussell- de Bellas Artes y de que los autores, aunque sentados en la presidencia, tuvieran un papel totalmente pasivo dio al acto un carácter curiosamente oficial.Ni a Leopoldo Azancot ni a Germán Sánchez Espeso, que eran en buena ley los protagonistas, les dejaron meter baza. Sentados juntos en un extremo de la mesa presidencial escucharon en silencio lo que de sus últimas novelas -La noche española y iViva el pueblo!, respectivamente, publicadas por Cátedra- dijeron Manuel Martínez Azaña, quien leyó un texto de Rodríguez Puertolas por ausencia de éste, y Domingo Yndurain.

Presidía Javier Tussell, director general de Bellas Artes, quien aseguró de entrada que «con estos actos adquieren estos locales todo su significado». Los locales eran los de la Fonoteca, en la Biblioteca Nacional, y por eso, al lado del representante de la cultura oficial, estaba sentado Hipólito Escolar, director de la antedicha biblioteca. Nadie, ni siquiera el presidente o el director de la editorial, que también tenían su sitio en la presidencia, consideró necesario decirnos quiénes eran aquellos dos señores del extremo que estaban tan callados; así que algunos de los asistentes que llegaron sin conocer a los autores se fueron sin enterarse de que los habían tenido frente a frente.

Al público que llenaba las 120 butacas de la sala y rebosaba por los pasillos, Rodríguez Puértolas le contó -por boca de Azaña- que la novela de Azancot es «una novela anarquista, porque sus héroes lo son y porque el autor se siente solidarizado con ellos», y les advirtió de que no sabía «si es una gran novela, pero en cualquier caso es un acto de valentía hacer, en estos tiempos, una novela política comprometida".

Cuando a Yndurain le llegó el turno de hablar de iViva el pueblo! no se limitó a explicar lo que Sánchez Espeso había pretendido con ella, sino que nos contó el argumento. Menos mal que «la historia no es lo fundamental, porque se preocupa fundamentalmente por la lengua, Por el estilo».

Contó también que «la novela es difícil, cuesta entrar en ella, y yo hasta la página sesenta no pude coger el ritmo». Por suerte, la novela tiene setecientas páginas; así que no es muy grave necesitar sesenta para empezar a «gustar de ella», como dijo el presentador, quien añadió que «para que esto sea posible el lector necesita una cierta formación cultural y que no se interese sólo por el suspense del argumento». A él le gustó, por supuesto.

Poco después, transformados ya los oyentes en devoradores de emparedados, y mientras las caras conocidas se besaban entre sí, Leopoldo Azancot nos contó en un aparte que «mi novela es esencialmente política, pero también aborda temas como la decadencia física y la de la pareja. He querido hacer una novela popular, casi un folletín. Esto no significa descuidar el lenguaje, sino renunciar al barroquismo esteticista». Por su parte, Sánchez Espeso nos dijo que «he querido hacer un divertimiento literario. El argumento tiene importancia, pero es más importante cómo están dichas las cosas». Y después: «Bueno, yo no creo en absoluto que mi novela sea difícil de leer ni que haya que ser especialmente culto para entenderla. De hecho, la han leído ya bastantes personas poco habituadas a la literatura y les ha gustado».

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