Estrenos y restos de serie
Habrá que esperar a que realmente comience la llamada nueva programación cinematográfica de Televisión. En las últimas semanas vivimos de los restos de serie, lógicos en cualquier compra por lotes, tal y como obligan las productoras americanas. Entre estos restos, ciertamente, aparecen de vez en vez películas curiosas, cuando no realmente interesantes, pero la norma general es que sean títulos desechados en una primera selección.Hasta el ciclo de Cary Grant se ve esta semana programando una de sus peores obras, Apartamento para tres, dirigida por Charles Walters en 1966, fecha demasiado reciente para repetir los moldes de las comedias clásicas interpretadas por Grant. Incluso el director, que realizó aquí su última película antes de retirarse del cine, estaba ya alejado de su época de esplendor; entre sus mejores películas destaca Desfile de Pascua (Easter parade), musical interpretado por Fred Astaire y Judy Garland, que Televisión estrenó hace un año más o menos.
Apartamento para tres, situada en los Juegos Olímpicos de Tokio, tiene en su reparto a Jim Hutton (naturalmente, como atleta), padre del recientemente homenajeado con un oscar, Timoty Hutton, por su notable trabajo en Gente corriente. Entre Grant y él aparece Samantha Eggar, fascinante intérprete de El coleccionista, que tiene aquí menos fascinación.
Otro título menor es Acoso salvaje -hoy, a las 15.45, por la primera cadena- que pertenece al ciclo que Televisión viene ofreciendo intermitentemente sobre la filmografía de la actriz Ivonne de Carlo. La escasa importancia de sus películas, destaca mucho más en este ciclo que oculta su nombre. Hubiera sido, sin duda, preferible la concepción de un programa continuado que hubiese podido ilustrar no ya sólo sobre la personalidad de esta mediocre actriz, sino también sobre una etapa del cine de Hollywood. Acoso salvaje pertenece a la denominada serie B, y, a juzgar por la opinión de quienes le han visto (se trata de un estreno en España), promete en sus primeros minutos un espectáculo que luego no se cumple.
Otro estreno de este fin de semana -hoy, a las 22.00 horas, en la primera cadena-, y quizá lapelícula más interesante de estos días, es Los chatarreros (I recuperanti), que dirigió Ermanno Olmi en 1969. A este director italiano se debe una de las mejores muestras del neorrealismo de los años sesenta, continuación romántica de una fórmula estética que tuvo su mayor sentido en los años inmediatos al final de la segunda guerra mundial. El empleo obtuvo numerosos premios internacionales y estimuló a Ermanno Olmi no sólo a continuar dirigiendo películas en la misma tendencia, sino a promocionar nuevos autores, a los que produjo sus primeros trabajos. En tre ellos destaca hoy la realizadora Lina Wertmuller.
Los chatarreros se sitúa, precisa mente, en esa posguerra, y trata, con la perspectiva de más de veinte años, de ofrecer una panorámica sobre la situación en que se encontraban los soldados que volvían del frente. Olmi, en una tendencia documental, combina con inteligencia la información objetiva con las circunstancias argumentales de su protagonista inventado. Sin duda, es la mejor película de estos días.
La que se programa el domingo, a las 21.40 horas, por la segunda cadena, El turbulento distrito 87, si bien obtuvo en su día -1972- algún comentario elogioso, no pasa de ser una comedia policíaca, realizada con habilidad y con las constantes ideológicas del cine negro de la serie B. De cualquier forma, la parte final de la película corrige con brillantez los elementos expuestos hasta entonces, mejorando en parte lo que otros críticos, también numerosos, consideraron negativo.
