_
_
_
_

La URSS acusa a Solidaridad de tratar de derrocar al régimen polaco

CORRESPONSAL, Los medios de comunicación soviéticos acentúan sus críticas a los sindicalistas independientes polacos. En las dos últimas semanas se han publicado más informaciones sobre Polonia que en los momentos de mayor tensión laboral del pasado otoño. Casi a diario aparecen declaraciones de dirigentes polacos hostiles a Solidaridad y a la agrupación disidente KOR (Comité de Defensa de los Obreros). Muchos observadores creen que Moscú trata así de dar un toque de atención a las autoridades polacas pidiéndoles más dureza. Ayer la nota de advertencia a los huelguistas publicada por el Gobierno de Varsovia fue dada a conocer, sin ningún comentario, por la agencia Tass, informa desde Moscú Félix Bayón.

Entre tanto, se reanudaron ayer las negociaciones entre el Gobierno y la confederación de sindicatos libres polacos Solidaridad, en un ambiente de máxima tensión, propiciado por la continuidad de las huelgas en las regiones del sur del país y las amenazas gubernamentales.Lech Walesa, presidente de Solidaridad, afirmó ayer, antes de iniciar las conversaciones con el primer ministro, Jozef Pinkowski, que se estudiarían los tres temas más conflictivos en la actualidad: los sábados libres, a legalización de Solidaridad Campesina, rama agraria de la organización presidida por Walesa, y el acceso de los sindicatos libres a los medios de comunicación.

A primeras horas de la noche de ayer, fuentes solventes de Varsovia aseguraron que se había conseguido un acuerdo de principio en el tema de los sábados libres y se pasaría a discutir inmediatamente los otros dos puntos.

El pasado Jueves, la comisión nacional (presidencia) de Solidaridad reconoció como parte integrante de la organización a Solidaridad Campesina, cuyos dirigentes aseguran tener ya 600.000 miembros. Junto a los consejeros de Walesa, se espera que participen en las negociaciones con el Gobierno dos representantes del sindicato de agricultores.

Las críticas más duras

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

La atención, sin embargo, sigue fija en Moscú, y ayer la Prensa polaca se encargó de reproducir los ataques de sus colegas soviéticos, con unas críticas más duras que las publicadas por la propia Prensa polaca. Mientras Varsovia negocia con Solidaridad, los medios de comunicación moscovitas acusaban a los sindicalistas de tratar de «imponer reivindicaciones políticas cada vez más osadas» y de «oponerse políticamente al partido comunista y a propio Estado».

Lo más significativo es que, en los Últimos tiempos, Tass hace frecuentes referencias al «ala de rechista» de Solidaridad, atribuyéndole la responsabilidad del radicalismo reivindicativo del sindicato independiente.

El jueves, la agencia oficia Tass revelaba, por fin, a quién dirigía estas acusaciones. Como era de suponer, la «agrupación ultraderechista» que mueve la últimas oleadas de huelgas es según los soviéticos, el grupo disidente KOR.

Nerviosismo soviético

Más allá de las reivindicaciones estrictamente laborales Moscú parece mostrar cierto nerviosismo por el contenido político de las demandas sindicalistas polacas. Para Tass, las huelgas favor de los sábados festivos son simplemente «un procedimiento táctico utilizado por los líderes de Solidaridad y por las fuerzas antisocialistas que se amparan en este sindicato ».

Ambos -siempre según la agencia oficial soviética- «piden la libertad de los presos políticos, haciendo hincapié en que los primeros sean los miembros de la Confederación de Polonia Independiente, que intenta la caída del régimen y la salida de Polonia de la comunidad socialista y del Pacto de Varsovia».

En apoyo a sus afirmaciones, Tass cita con frecuencia a medios de comunicación polacos. Así, el jueves ampliaba sus razonamientos con un párrafo de una publicación de Varsovia que, al igual que la Prensa soviética, estima que el fin último de los sindicalistas se oculta en «pretextos de renovación socialista», cuando realmente pretende «derrumbar el régimen polaco y llevar a la oposición al poder».

Otro argumento manejado con asiduidad por la Prensa soviética es el económico. Con frecuencia, se cuantifican las pérdidas causadas por las huelgas en la economía polaca, traduciéndolas en millones de rublos que se han dejado de producir o en número de viviendas que podrían haberse construido con el esfuerzo negado por los huelguistas.

Por otra parte, a pesar de que el fiscal general de Polonia advirtió ayer que toda ocupación de edificios públicos, paros en el trabajo y difusión de boletines no sujetos a la censura oficial serían considerados delitos y sujetos a penas de prisión, las huelgas seguían en regiones del sur del país.

En Rzeszow decenas de campesinos permanecían en la sede de los antiguos sindicatos, si bien se reanudó el trabajo en siete grandes fábricas siguiendo órdenes de Solidaridad. En la región de Jelenia Gora se convocó una huelga, y otros paros se registraban en Bielsko Biala, a pesar del llamamiento al trabajo del MKZ, sindicato regional independiente.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_