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El comité de expertos pide el envío de "cascos azules" al Sahara

El Comité de Expertos de la Organización para la Unidad Africana sobre el Sahara Occidental concluyó ayer en Freetown sus deliberaciones, con la adopción de un plan de seis puntos que preconiza un alto el fuego en el territorio antes de final de año, el envío de cascos azules de la ONU y la celebración de un referéndum organizado por la OUA, con la asistencia de las Naciones Unidas. El secretario general de la organización africana, Edem Kodio, debe informar a las partes implicadas en el conflicto y obtener una tregua militar entre los contendientes.Momentos después de haberse dado a conocer el plan propuesto por el Comité de Expertos de la OUA para resolver la crisis del Sahara occidental, el primer ministro marroquí, Maati Boabid, convocó una conferencia de Prensa, en el curso de la cual reafirmó que su país se opone absolutamente a que tenga lugar un referéndum en el territorio saharaui.

«Marruecos considera que las poblaciones saharauis ya dieron a conocer sus sentimientos de fidelidad a la corona, por lo que un referéndum es innecesario», subrayó Boabid, quien agregó que las fuerzas militares marroquíes «seguirán respondiendo, cada vez que se vean atacadas».

El comité especial de la OUA sobre el Sahara occidental, integrado por Guinea, Mafi, Nigeria, Sudán, Tanzania y Sierra Leona, se entrevistó por separado con los presidentes de Argelia, Mauritania, el primer ministro marroquí, el secretario general del Frente Polisario y los representantes de diez movimientos autodenominados saharauis, que formaban parte de la delegación marroquí.

Los sabios de la OUA tenían como misión obtener el cese de las hostilidades y organizar una cumbre entre las partes implicadas en el conflicto, a fin de llegar a una solución política de éste por la vía de un plebiscito. Inicialmente, el comité optaba por la creación de una fuerza de paz integrada por cascos azules de la OUA, pero esta sugerencia fue rechazada de plano por el primer ministro marroquí Maati Boabid, quien aludió a la parcialidad de los tres países miembros del comité (Tanzania, Mali y Sierra Leona), que han reconocido diplomáticamente a la RASD.

Tras laboriosas negociaciones y discusiones de pasillo, los seis miembros del comité llegaron a un consenso sobre un plan global que, en opinión de los observadores, no satisface a ninguno de los dos contendientes principales y consagra, por el contrario, las dificultades con las que tropieza la OUA para imponer una solución africana al conflicto.

Según se desprende de la lectura del comunicado final, no ha habido una evolución sustancial de la crisis desde que la cumbre africana de Monrovia adoptara, en julio de 1979, las recomendaciones del Comité de Expertos, en el sentido de obtener un alto el fuego y controlar la libre determinación del pueblo saharaui, a través de un plebiscito.

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El esquema de base de la OUA para una solución política es el mismo, salvo en lo que concierne a una participación directa de la ONU en el control de un eventual alto el fuego y el referéndum. La «solución únicamente africana» ha tenido que ser desechada por los sabias, que, en apariencia, tampoco tuvieron muy en cuenta el hecho de que una mayoría de miembros de la OUA ya han reconocido a la RASD.

El Polisario considera que la celebración de un plebiscito reafirmará el firme deseo de la población saharaui por la independencia y consagrará su condición de único y legítimo representante de esa población, pero teme que en la organización del referéndum y en la definición de la condición de votante Marruecos consiga falsear los resultados.

El movimiento saharaui esperaba que, al margen de los trabajos del comité, se estableciera un diálogo entre las dos partes implicadas, el Polisario y Marruecos, pero esto no parece haberse materializado, según se desprende de unas declaraciones hechas en Freetown por el ministro de Asuntos Exteriores de la RASD, Hakim Ibrahim, en las que éste acusa a Rabat de «no haber querido cooperar con el comité y aprovechar la ocasión que se le brindaba para negociar».

El dirigente saharaui considera que el Comité de Expertos ha rechazado las pretensiones marroquíes y da a entender que, en la medida en que es improbable que Marruecos acepte el plan presentado en Freetown, la guerra del Sahara se recrudecerá todavía más.

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