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El Teatre Lliure inaugurará la temporada del Centro Dramático Nacional

El próximo 26 de septiembre, el Teatre Lliure, de Barcelona, estrenará, en el teatro María Guerrero, de Madrid, la primera de las cinco obras de su repertorio, que, repartidas entre el teatro nacional y la Sala Cadarso, se van a representar hasta el 14 de octubre a manera de muestra de su trabajo teatral.

El Teatre Lliure, que mereció el último Premio Nacional de Teatro, concedido globalmente a su trabajo, fue presentado ayer a la prensa por Nuria Espert y Ramón Tamayo, que ocupan, junto con José Luis Gómez, la dirección del Centro Dramático Nacional, en una rueda de prensa en la que el director ejecutivo del grupo y uno de sus directores artísticos dieron cuenta de su trayectoria y sus intenciones. Tras la bienvenida del señor Tamayo y Nuria Espert, que hicieron patente su satisfacción por inaugurar su temporada y su mandato con un grupo de teatro de las características y la significación del Lliure -«Me satisface mucho», dijo Ramón Tamayo, «poder hace notar que lo que prometimos hace tres meses lo estamos cumpliendo ahora»-, tomó la palabra Jordi Graells, el director ejecutivo del Lliure, que, tras señalar el carácter cooperativo de la compañía, hizo una pequeña historia del grupo teatral y relacionó su presencia en Madrid, invitados por el Centro Dramático Nacional, con su misma manera de hacer teatro. «Hemos venido», dijo, «a dar una muestra de nuestro trabajo, de la investigación en los lenguajes teatrales distintos. Por eso», añadió más tarde, «hemos traído cinco obras distintas y llevaremos un trabajo paralelo con grupos de teatro de Madrid y una discusión metodológica y teórica.»

«Nosotros queremos ir hacia un teatro público y a establecer una relación con el espectador que pasa porque nuestro teatro sea asequible, y no sólo económicamente. Como somos una entidad privada, este intento nos obliga a acudir a las subvenciones.» El Teatre Lliure es una cooperativa: dieciséis miembros -diez actores, tres directores, un gerente y dos técnicos- que de ciden en asamblea la dirección del grupo, que es absolutamente igual económicamente. Este grupo fijo y el local estable les permite ser sus propios empresarios y haber ido acercando un público adicto.

A continuación intervino Fabiá Puigserver, uno de los directores escénicos del Lliure, quien se refirió, primero, a las transformaciones efectuadas en la sala del María Guerrero: «Nuestros montajes», dijo, «son imposibles en un teatro a la italiana. En la sala de Gracia -el local estable de Barcelona- se ha resuelto con una estructura modular y variable. Aquí también hemos cambiado la disposición de la sala, porque es parte fundamental del trabajo que investigamos la creación de este nuevo espacio escénico.» Además, Fabiá Puigserver se refirió concretamente a la lengua catalana, que se sigue usando, naturalmente, en Madrid. «Es una muestra de nuestro trabajo, y suponemos que aquí vendrá un público especializado. Por eso no hemos considerado necesario traducirnos al castellano, no porque vengamos a imponer nuestra lengua.

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