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MUSICA

Serocki y Van Beurden ganadores de los premios Italia

En tierras de la Puglia, a la sombra del formidable barroco leccese, se ha celebrado en la nueva Casa Provincial de la Cultura la 31.ª edición del Prix Italia, la más importante mostra y competición-europea de radio y TV. Como es sabido, tres apartados acogen las distintas obras, según sus características: el dramático, el musical y el documental.Veintiuna creaciones se han disputado el Prix Italia y el Premio Especial de la RAI en la sección de música. Han abundado las piezas de gran longitud y han alternado los criterios de tal manera que hemos escuchado desde cuasi recitales (como Nietzsche compositor o Ephérnéres) hasta óperas rock, tal la magnífica Rockoco, de Bowles, el autor de Evita, presentada por la BBC, pasando por ensayos sonoros, bien se trate del mundo tradicional (el quinteto de cobres en Flash-back, de Míchael CoIgrass, por ejemplo) o del electroacústico, tal la obra premiada, Pianophony, de Kazimier Serocki, producida por el estudio experimental de la Radio de Baden-Baden, y sin olvidar concepciones de fuerte carga dramático- testimonial, como es el caso de La sinfonía de la cárcel, de Bert van Beurden, galardonada con el Premio Especial RAI.

Antes de seguir adelante conviene recordar que el Prix Italia está destinado a obras de gran valor consideradas en su conjunto, con especial acento en la aportación de algún aspecto nuevo, en tanto que el Premio RAI -de igual categoría al anterior- se pensó para distinguir aquellas creaciones con algún valor especial, bien se trate de mérito técnico, bien de contenido sociológico, humanístico o expresivo.

"Pianofonía"

Por principio, en los Premios Italia no existe criterio nacionalista alguno, de modo que cualquier país puede concurrir con obras de otra nacionalidad. Es el caso del polaco Serocki, autor musical de Pianofonía, realizada por Ernest Bour y H. P. Haller, producida por Josef Háusler y con el sonido electrónico a cargo de Anita Forst y Frank Wild.En la obra intervienen un piano, orquesta y sonido electrónico transformado. A la escucha de Pianofonía puede advertirse una estructura musical de índole dramática en cuya exposición se suceden siete períodos o fases, sin solución de continuidad: el agresivo, el lírico, el flexible y vivo, el lento (con explotación del piano tocado interiormente, es decir, directamente sobre las cuerdas), una especie de cadencia para piano solo, un pasaje vivo y un final que resume, muy variado, el material inicial de la obra.

En cuanto a los procedimientos técnicos, el propio Serocki nos dice que «por primera vez en la historia de la música radiofónica, las diversas combinaciones de aparatos electrónicos han sido registradas gracias a un campo electrónico de programación en un microordenador, con lo que pueden ser explotadas en el curso de la ejecución de la obra, de forma análoga a las combinaciones de los registros de un órgano, rápidamente y en consonancia con el suceder musical de la obra. Gracias a esta programación inicial bajo control del ordenador, la manipulación del sonido en el dominio de la transformación electrónica de los sonidos, se hace posible de manera más altamente diferenciada». Todo lo cual, sobre las valoraciones técnicas, se refleja en un ensanchamiento de la experiencia acústica por parte del auditor.

La perfecta realización, el interés de un ensayo que queda incorporado a los procedimientos de la «Live-Elektronik» o «electrónica viva», la misma estructura musical planteada y resuelta por Serocki, merecen el Prix Italia conseguido. Sin embargo, este «ensayismo sonoro » resulta minoritario frente a quienes defienden los «medios de comunicación social» como algo con misión amplia y mayoritaria. Es cuestión que se debate un año y otro en el seno de jurados y asambleas sin que, hoy por hoy, se haya logrado un criterio unánime y definitivo.

"Sinfonia de la prisión"

Por el valor sociológico y humanístico, y por la manera de tratar un tema de evidente dificultad, se otorgó el Premio Especial de la LAI a la obra Sinfonía de la prisión, original de Bernard van Leurden, sobre textos. de Bernlef, producida por Bert van der Zouw y presentada por la radio holandesa. En la que sus autores denominan composición verbosánica» se utiza lo documental (la vida cotidia en una prisión), que da lugar a una serie de poemas, recitados y cantados, para conseguir, con la ayuda de una obsesiva parte instrumental, un reflejo de la «teníón» del prisionero e incluso de sus celadores. Este reflejo verídico de la vida en una prisión puede resular más efectivo e impresionante fue cualquier repertorio de consideraciones que los autores han querido ahorrarse. A veces, los hechos tienen mayor fuerza que las explicaciones y protestas en torno a ellos. La integración de todos los elementos expresivos (música, ruidos, diálogos, lecturas, poemas, cantos corales) en una unidad que ale reforzada en sus valores documentales está conseguida en la obra premiada, en este caso nada minoritaria y capaz de conmover a la más larga audiencia.Aportaciones de alto interés han ido la de Ted Szanto, sobre John Cage, de la radio holandesa, o La aritá Potente, de Amidey y Silvato Bussotti. En el terreno documental, los alemanes hicieron lucir u espléndida Schola Cantorum, de Stuttgart, y los griegos su Música Pizantina en el monte A thos. Apoalipsis (Polonia), de Bernardetta Jatuszzak, y Fuera de la puerta Hungría), de Sandor Balassa, son brillantes y tensas cantatas.

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