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Italia después de las elecciones

Hacia un Gobierno de coalición

El panorama del nuevo Parlamento italiano no resulta menos difícil que el de su predecesor a la hora de establecer coaliciones de Gobierno. Estas elecciones no han servido para resolver el problema de la «gobernalidad», es decir, la formación de un Gobierno de coalición estable, ya que ninguna fuerza cuenta por sí sola con la mayoría suficiente para afrontar con tranquilidad el voto parlamentario.Dados los resultados de la consulta popular, las posibles mayorías parlamentarias son tres: izquierda, centro-izquierda y unidad nacional.

La mayoría más fuerte sería la de unidad nacional (democristianos, socialistas, comunistas, socialdemócratas y republicanos), que recogerá cerca del 90% de los escaños en la Cámara de Diputados y del Senado. Ahora bien, esta coalición será dificil de alcanzar, ya que los comunistas plantean la condición sine qua non de que, o están en el Gobierno, o van a la oposición.

Posible, matemáticamente, sería una mayoría de izquierdas, en base a comunistas, socialistas, socialdemócratas, radicales y extrema izquierda, que contaría con 323 escaños en la Cámara de Diputados, es decir, siete más por encima de la mayoría absoluta. Sin embargo, esta alternativa de izquierdas y laica, que surgió como gran esperanza tras el referéndum del divorcio de 1975 y las elecciones del año siguiente, tendría una problemática consolidación, dada la diversidad de los partidos que la integran. Su única oportunidad sería la hipotética dimisión de un Gobierno de centro-derecha que abriese una nueva crisis política.

Una mayoría de centro-derecha, formada por democristianos, republicanos, socialdemócratas y liberales, no conseguiría la mayoría absoluta (los cuatro partidos citados acumularían 307 escaños, sobre un total de 630), a menos que recibiesen un apoyo externo del neofascista Movimiento Social Italiano y del Partido Surtirolés. Hipótesis esta última muy lejos de la realidad actual italiana.

Queda lo que los observadores consideran como solución muy posible antes de que finalice el presente año: el centro-izquierda. Esta mayoría sería el centro-derecha ampliado con los 62 escaños del Partido Socialista, lo que supondría una confortable situación a la hora de una votación parlamentaria (369 escaños). Sin embargo, para lograrla, tendría que dar su asentimiento el Partido Socialista, que por el momento se muestra reacio, relativamente, a esta coalición, que recordaría los Gobiernos de los años sesenta, que supusieron una sangría de votos aI PSI.

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