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FERIA DE SAN ISIDRO: DECIMOTERCERA CORRIDA

Ha muerto Paco Ortega, apoderado de Ruiz Miguel

Esta tarde se lidiara en Las Ventas una corrida de El Torero, propiedad de Salvador Domecq. Sustituyen a los anunciados de Torrealta, que fueron rechazados en el reconocimiento veterinario.Dámaso González no estaba del todo satisfecho de su triunfo de ayer. «Sé que puedo estar mucho mejor. Al primer toro creo que le he sacado el partido que tenía, de todas maneras le faltó un puyazo, también molestó el aire. En el cuarto me parece que estuve por encima del toro, que se quedaba muy corto y había que llevarlo muy despacio para enseñarle a embestir. En Madrid salgo acomplejado, tal vez porque nunca he triunfado; después de muchas tardes no he cuajado un toro a gusto. Estoy dispuesto a torear en Las Ventas siempre que me llamen y con la corrida que sea, es una espina que quiero sacarme.»

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Victorinos, expectación

Ayer por la mañana murió Paco Ortega, apoderado de Ruiz Miguel durante toda la carrera de este diestro y, descubridor entre otros toreros de Paquirri, Riverita y El Jerezano.

Manolo Cortés torea esta tarde su primera corrida en la isidrada. «Vengo con mucha ilusión, sobre todo por comprobar que mí lesión de Sevilla (parálisis muscular), está ya superada. No he querido forzar mucho mi preparación, porque los médicos me recomendaron reposo. He toreado unos machos de Salvador Guardiola y me he visto muy bien, sin acusar molestias. Tengo en perspectiva una buena temporada, pero un triunfo en Madrid me dará lógicamente más sitio. No me preocupa el cambio de ganadería; lo del marqués de Domecq (Torrealta) está en un gran momento, pero lo de Salvador tiene tantas garantías como la que más. Vengo con los pablorromeros porque pienso que en una feria importante un torero debe dar la cara; los toros de Pablo Romero dan además un juego interesante, tienen mucho que torear y estar bien con, ellos es muy meritorio.»

Samuel Flores estaba muy desilusionado y triste por lo ocurrido con sus toros: «No he ido siquiera a ver la corrida, pues tenía un gran disgusto. Los veterinarios, quizá, desconcertados o quizá equivocados por el público, echaron para atrás los toros que estaban más en el tipo de la ganadería, los de más nota. Para que no pasara lo del año pasado, que la corrida flojeó, había movido las reses en el campo para que hicieran músculo. Por eso pesaban 470 y 480 kilos, pero mis toros no precisan peso para tener trapío. Se quedaron los tres toros de menos nota y sé, me lo esperaba, que no dieron juego. No pude traer más toros, pues sólo tengo veintiuno. Mantuve media corrida como gesto de buena voluntad con los toreros, pues mi intención era llevármelos todos.

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