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Carles Viver prepara una teoría general del régimen franquista

Publicación de "El personal político de Franco"

«La causa de que la auténtica Falange, la de los camisas viejas no hiciera la revolución pendiente no se debe a que fueran apartados del poder, porque realmente no lo fueron», afirma Carles Viver Pi-Sunyer, economista y autor de El personal político de Franco (1939-1945), obra acabada de publicar por la editorial Vicens-Vives y que el propio, autor presenta como contribución a una posterior teoría general del régimen franquista.

«Hasta mediados de 1937, la presencia de hombres con vinculaciones económicas importantes entre el personal político de Franco o bien procedentes de la derecha tradicional fue notable. Pero a partir de esta fecha aparece la Falange y los hombres sin vinculaciones económicas importantes», señala Carles Viver «La Falange -continúa-, indudablemente, sí estuvo en el poder. Cosa distinta es que no pudieran no quisieran o no supieran -posiblemente las tres cosas a la vez- llevar a cabo su revolución eternamente pendiente. »Viver señala que la Falange «fue la familia franquista que más se enriqueció, y la que adquirio conexiones economicas más rentables». A partir de 1937, el partido único sería el carril privilegiado de reclutamiento del personal político de Franco.

A la Falange le siguen en importancia, en función del personal político aportado al régimen franquista, las familias de militares, católicos, monárquicos y tradicionalistas. Este personal político logró obtener una parte importante del poder.

«No pueden calificarse -afirma Viver- de meros delegados de Franco. Estaban mediatizados por Franco, quien acotaba muy claramente los límites. Pero eran límites amplios con amplia capacidad de maniobra. También hay que señalar que, a partir de 1934, la unidad de las familias es un hecho, dándose pactos tan dispares como el de los falangistas con Renovación Española.»

Para Carles Viver es curioso señalar que el franquismo no recluta, en su primera época, hombres de la burguesía financiera e industrial. Tan sólo 88 personas de los novecientos que componen el personal político investigado en el libro tuvieron alguna conexión económica en 1935. Sin embargo, a partir de 1945 se triplicará el número de cargos políticos que tienen conexiones con la gran empresa. Todo ello reporta un enriquecimiento económico del personal político, sin precedentes en ningún régimen político. Ello no es explicable ni por motivos económicos -no se crean nuevas empresas-, ni por motivos naturales, como podrían ser la edad.

Este enriquecimiento es senalado en el libro de Viver como consecuencia inmediata del complejo sistema de «recompensas» utilizado por el franquismo para agradecer los servicios prestados al régimen, así como también del verdadero «sistema de corrupción».

Sin embargo, este «enriquecimiento» no es más que el mecanismo a través del cual se suelda la momentánea ruptura entre las clases dominantes y el personal político, restaurándose la ya tradicional imbricación entre ambas. Este proceso llevará la «privatización del aparato de Estado». Se trata, en palabras del propio Franco, de «restaurar y restablecer la verdadera España», lo cual «no es -dice Carles Viver- ni instaurar un nuevo Estado, ni, por supuesto, hacer revolución alguna, como pretendidamente rezaba la propaganda oficial franquista».

En general, el personal político de Franco gozó de «buena salud política». Una de las características importantes es la prolongada permanencia de este personal en el cargo. Exceptuando los cuarenta años que Franco permaneció en el poder, la media alcanzada por el resto del personal político es de, aproximadamente, seis años.

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