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Un caso de rivalidades religiosas

La violencia en Turquía se inscribe, en parte, dentro de la tradiciónal rivalidad y el fanatismo religioso de las sectas islámicas sunnitas y chiitas.Los sunnitas son los más numerosos dentro del Islam y también la comunidad religiosa más importante de Turquía. Vienen a ser como los ortodoxos del Islam, conservadores de las tradiciones, y odian a los heterodoxos, los herejes chiitas. Los sunnitas veneran desde siempre a los sucesores del profeta Mahoma, a los cuatro primeros califas, y después a los omeyas y a los abasíes, mientras que los chiitas sólo reconocen a Alí, uno de los cuatro primeros califas, que fue asesinado, y a los imanes de su familia, sus sucesores. Los sunnitas se dividen en cuatro ritos o escuelas, desde el punto de vista jurídico-religloso: los hanifíes, los safiíes, los malikíes y los hanbalíes.

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La violencia, una constante de la política turca

Los chiitas, al no reconocer la sucesión oficial del Islam y ser esta una organización religioso- política, siempre han estado enfrentados a los ortodoxos. Además de algunas diferencias en el culto, los herejes chiitas (mayoritarios en países como Irán, donde protagonizan los últimos acontecimientos) han introducido en el Islam el tema de la Pasión y la espera del Imán Oculto, el mártir inmortal que retornará. Esto les ha dado siempre una gran fuerza moral para luchar por sus ideales y resistir las adversidades y persecuciones. Los chiitas se dividen también en varios grupos: zaydíes, imamíes o duocimanos, ismailíes, nusayríes o alawíes (mayoritarios en Turquía), etc.

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