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Crítica:
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

La autogestión, un equívoco

La autogestión aparece como la palabra mágica, una panacea universal o el milagro trascendente. Solución para los exceso de la planificación centralizada contra la inversión estatalista, el imperialismo sindical y la explotación capitalista. Cristianos, socialistas, comunistas y hasta carlistas se declaran partidarios de la autogestión. Por esta razón dicho concepto resulta equívoco, ambiguo, dudoso, y tenía que ser un teólogo, Reyes Mate, pues los teólogos son los matemáticos del espíritu, como dice García Bacca, quien viniese a precisar, con definiciones rigurosas y exactas, el concepto de la autogestión.En este libro Reyes Mate analiza el desasosiego histórico que comenzó en mayo de 1968 y dio origen al problema de la autogestión, a su razón de ser. Aquella crisis que estremeció al capitalismo en plena prosperidad fue, también, una crisis de la civilidad espiritual. El autor señala, con mucha clarividencia, el hundimiento de la fe en la razón ilustrada, es decir, de la razón burguesa fría y calculadora. También se va perdiendo la fe en el progreso ilimitado, lo que Reyes Mate llama el infinito puramente cualitativo. ¿Una protesta irracional? No, Reyes Mate nos explica los rasgos de la nueva sensibilidad: búsqueda de la dicha personal, necesidad de las comunas, lucha contra el consumismo, fin de la soledad individualista. Sin embargo, esta desconfianza ante la razón burguesa y el sistema capitalista, no cuaja en una fe en el socialismo. Sin duda, desde el punto de vista de una juventud lírica y entusiasta, el socialismo debe ser el paraíso absoluto. Y, claro está, como la construcción del socialismo se lleva a cabo a través de deformaciones, a veces monstruosas, pero sin perder su teleología implacable, es lógico que este socialismo desencante a los jóvenes.

La autogestión

Reyes Mate. Mañana Editorial, SA. Madrid, 1978

Reyes Mate formula una crítica al leninismo en la que, pensamos, no tiene en cuenta la dialéctica de Lenin entre democracia obrera y dictadura, entre realidad y finalidad. Tampoco nos parece exacto deducir la burocratización de los regímenes socialistas, producto circunstancial y efímero del stalinismo, como un resultado de la concepción leninista del partido. Por el contrario, creemos que en Lenin hay una dialéctica constante, no resuelta, a mi entender, entre el partido y las masas, entre conciencia y espontaneidad, entre el partido como vanguardia y partido de masas. Por otra parte, entendemos que la evolución de los regímenes socialistas no se puede explicar por la burocracia ni la tecnocracia, nuevas clases que son fenómenos universales y contingentes. Quizá Sartre, cuando nos habla de un capitalismo socialista, se acerca parcialmente a la realidad, un socialismo capitalista que nada tiene que ver con el capitalismo de Estado. Reyes Mate rechaza el modelo leninista y el socialdemócrata. Y entra a definir, con mucha precisión, el concepto de la autogestión.

Señala que su base es la socialización de los medios de producción que diferencia de la estatización, matiz que nos parece muy sutil y sofisticado. Maurice Dobb subraya de forma tajante, como rasgo de una economía socialista, la propiedad social o colectiva. Reyes Mate critica, con mucho acierto, la autogestión libertaria, que considera como una modalidad de la propiedad privada. Con realismo, afirma que la autogestión es un proceso lento, una larga marcha. Ahora bien, la autogestión socialista es la apropiación de los medios de producción por toda la sociedad, no solamente por los trabajadores o sus dirigentes. Pero el problema que se plantea es si es posible concertar la autogestión con la planificación. Maurice Dobb duda, porque se pierde la cohesión social por la lucha de los intereses seccionales: «Ambas formas extremas, centralización burocrática y democracia autogestionaria, seguirán siendo socialismo, aunque ambas implican contradicción con la esencia ideal del socialismo.» Reyes Mate acierta a convencernos de la posibilidad de una planificación democrática y también de la gestión democrática. Pero ¿dónde será posible realizar esta utopía? En los países desarrollados de Occidente es una utopía real, no remota. Pero tampoco es una solución inmediata para la crisis capitalista, ya que requiere una estrategia ideológica y política, una preparación de la lucha económica política y cultural del movimiento socialista autogestionario.

La experiencia socialista

Las conclusiones críticas de este libro sucinto y breve, pero clarísimo y jugoso, nos incitan a meditar seriamente sobre la experiencia socialista de la autogestión, no sólo como posibilidad, sino también sobre su realidad.

Existe el peligro de una universalización dogmática de la autogestión así como también su aplicación exclusiva a los países industriales desarrollados.

Sería necesario, pues, una reflexión más amplia sobre este tema, quizá colectiva de muchos pensadores marxistas, para llegar a combinar la planificación democrática de la economía, vital para los países subdesarrollados, con el autogobierno de los hombres por sí mismos, sin delegaciones de poder, estructura necesaria para los países desarrollados.

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