_
_
_
_
Secuestro del presidente de la DC italiana

Un conservador iluminado

Elegido presidente de la Federación de Universidades Católicas Italianas, en 1939, Aldo Moro, a quien se le conoce como el «más laico» de los líderes democristianos, fue nombrado diputado de esa formación política en 1945, pasando a integrarse en el comité encargado de redactar la actual Constitución italiana.En marzo de 1948 ostenta la subsecretaría de Relaciones Exteriores en el quinto Gabinete De Gasperi, recibe en 1955 la cartera de Justicia y en 1957 la de Educación, esta última en el Gabinete de Adone Zoli. En marzo de 1959 fue elegido secretario político del Partido Demócrata Cristiano, iniciando de inmediato conversaciones con el ala izquierda socialista de Pietro Nenni, en lo que se calificaría como un sutil intento de reunificación de ambas corrientes.

Más información
Estupor en los Gobiernos europeos
Un ataque al Estado y a la democracia

Diversas tentantivas de formación de un Gobierno de centro-izquierda llevadas a cabo por Moro de 1963 a 1968 fracasan rápidamente, motivando su dedicación exclusiva al marco diplomático, que dirigirá con notorio éxito a partir de 1969. Es elegido de nuevo primer ministro en noviembre de 1974 hasta julio de 1976, en que lo sustituye Andreotti. Había nacido en Maglie, provincia de Taranto, el 23 de septiembre de 1916, y se le consideraba como el candidato más probable a la sustitución del presidente Leone en diciembre próximo. Actualmente ostenta la presidencia de la Democracia Cristiana.

Conservador iluminado y negociador tenaz, Moro ha sido calificado como el mejor ejemplo del italiano medio, capaz de personificar la «coincidencia de cosas opuestas». Desde los neofascistas hasta los sindicalistas consideran su secuestro como un atentado a la democracia y un crimen contra Italia.

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_