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El problema de Formosa vuelve a dificultar las relaciones de Pekín con Washington

El ministro de Defensa chino, Yeh Chien-ying, acaba de hacer unas declaraciones sobre la isla de Formosa (Taiwan) que, aparentemente, podrían «malograr» los esfuerzos del presidente norteamericano, Jimmy Carter, por ampliar la política de acercamiento entre China y Estados Unidos, desarrollada a partir de 1972 por Nixon y Kissinger.Chien-ying dijo que Taiwan continúa siendo un «asunto político interno de su país, y que nadie debe interferir a la cuestión. La provincia de Taiwan -añadió- es parte inalienable del territorio chino, y los métodos, y la fecha de su liberación sólo competen a Pekín».

Taiwan, gobernada por el hijo de Chiang Kai-shek, tras la muerte del mariscal que entre 1947 y 1950 sostuvo una cruenta guerra civil contra Mao Tse-tung, recibe un abierto apoyo militar y económico de Estados Unidos. La Administración Carter confiaba hasta ahora en que la eliminación de los grupos radicales y la ascensión de Hua Kuo-feng al poder, acompañada de la rehabilitación del moderado Teng Psiao-ping, y anteayer de la del general Huan Kecheng, permitiría «negociar» el problema de Formosa e inducir a Pekín a suavizar sus exigencias frente a Washington.

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