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Crítica:CLASICA
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Los "Oficios de Semana Santa", de Tomás Luis de Victoria

No hay que insistir demasiado. Todo el mundo sabe que la polifonía española del Renacimiento supone una de las grandes aportaciones de nuestro país a la cultura europea. Cristóbal de Morales, Francisco Guerrero y Tomás Luis de Victoria son sus profetas. El abulense, todo fuego interior, llegará a las más altas cimas de perfección estilística, de hondura espiritual, no por cierto instinto, por cierto secreto impulso, como él mismo confiesa con humildad, y sí por haber empleado mucho trabajo y cuidado en el arte de la música.De su vasta producción destaca, por su monumentalidad y sobria inspiración, este conjunto de piezas sobre temas litúrgicos que constituyen los Officium Hebdomadae Sanctae que ahora publica el Instituto de Música Religiosa de Cuenca que dirige Antonio Iglesias.

Tomás Luis de Victoria:

Officiam Hebdomadae Sanctae.Estudio y edición crítica por Samuel Rubio. Instituto de Música Religiosa de la Excelentísima Diputación Provincial de Cuenca. Volumen XIII. 1977.

El responsable de la edición y del estudio biográfico y crítico del autor y de la obra es el padre Samuel Rubio, a quien tantas cosas debe la musicología española. Así, su libro Estudio crítico de la polifonía de Cristóbal de Morales, las ediciones de la Agenda defunctorum de Juan Vázquez, de las Sonatas del padre Soler, o su Catálogo del Archivo de Música de San Lorenzo el Real, en El Escorial.

Edición cuidadísima, como todas las del Instituto conquense, oírece, además, el atractivo de ser facsímil del claro manuscrito de Samuel Rubio. Nadie se atrevería a discutir al padre Rubio las afirmaciones de su amplia aportación introductoria al tema. Son resultado de muchos años de estudio e investigación, cuyos frutos le han dado prestigio internacional. El catedrático de Musicología y canto gregoriano del Real Conservatorio de Madrid es un sabio en estas cuestiones. Conviene decirlo ahora, cuando en la plenitud de su vida, puede dedicar todavía muchos años a enaltecer la música españo la. Lo está huciendo con trabajos tan importantes como el presente, donde deja -completa y limpia de errores- a nuestra disposición, una de las obras maestras de la música europea de todas las épocas. Sí, porque los Officium Hebdomadae Sanctae de Victoria no sólo son una maravilla de técnica musical y ex presividad religiosa sino que constituyen el conjunto de obras dedicadas a la Semana Santa más extenso y numeroso jamás creado.

Cuatro días de música

Hablamos con Samuel Rubio:-¿Cuál es el contenido de la obra?

-Tiene música para cuatro días. Para el Domingo de Ramos, Jueves, Viernes y Sábado Santo, que reciben el nombre de Triduo Sacro. Victoria se basa en los textos litúrgicos de esos días. Concretamente para el Domingo tiene una antífona que se cantaba durante la distribución de los ramos. Después contiene la Pasión según San Mateo, que no tiene nada que ver, por supuesto, con la de Bach. Son versos cortos, a cuatro voces, que siempre interpretan las palabras que se dicen en plural, es decir, las de la turba. Finalmente, para ese día, hay un motete para el ofertorio, a seis voces mixtas, O Domine Jesu Christe. Para los tres días restantes tiene, naturalmente, las Lamentaciones, tres para cada día; dieciocho responsorios, seis para cada día, es decir, el segundo y tercer nocturno de cada día. Luego encontramos la Pasión del Viernes, los Improperios o Popule meus, un himno Tantum ergo para la misa del Jueves Santo y Miserere, Benedictus para los tres días de tinieblas. Y el Vexilla regis prodeunt, que, por cierto, está compuesto, como él mismo dice, sobre una melodía more hispano, que es una melodía española.

-¿Responde la música de Victoria a los acontecimientos dramáticos de la Semana Santa?

-Sí, y además hay que afirmar (y no me gustan las comparaciones) que ningún otro polifonista ha logrado una expresividad, una profundidad y un dramatismo tan grandes como Victoria en estas obras. Ya son clásicas, todo el mundo las conoce, sobre todo los Responsorios. Casi se ha hecho un tópico decir que Victoria es el polifonista cantor de la Pasión.

-¿Cuáles son las dificultades con que tropieza el musicólogo en una revisión de esta obra?

-En este caso, tenemos una ventaja grande. Victoria imprimió esta obra en 1585, ya con el título suyo, muy acertado y sugestivo, Officium Hebdomadae Sanctae. Por eso apenas presenta problemas críticos, pues no hay más que seguir la edición. La hizo él, bajo su dirección, firmada por él. Es como si yo escribo una carta y me la quieren publicar. No hay más que reproducirla tal como es.

Ahora bien, dentro de esto se da una circunstancia muy hermosa y atractiva para un musicólogo y es que las Lamentaciones tenían otra versión anterior del propio Victoria, versión que se conserva en un manuscrito de la capilla Sixtina. Y precisamente al revisarlas, para publicarlas, en 1585, hizo un trabajo de depuración digno de todo estudio. Por ello, uno de los capítulos de mi introducción consiste en comparar ambas versiones, la manuscrita y la impresa. Allí vemos como Victoria aquilataba, suprimiendo, añadiendo. A veces corrigió incluso notas que parecen insignificantes, notas que en una audición resultaría casi imposible apreciar la diferencia entre ambas versiones. Es decir, ha llevado a cabo un trabajo de depuración admirable. Esto retrata muy bien la personalidad de un artista que quiso llegar a la perfección hasta en los más mínimos detalles. Creo que este es el capítulo más interesante de mi introducción.

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