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Entrevista:

"El poder absoluto, vieja pesadilla de la especie humana"

Entrevista con el escritor Roa Bastor, autor de "Yo el Supremo"

«Mi novela constituye una suerte de meditación sobre el poder absoluto, que es una de las viejas pesadillas de la especie humana», declaró a EL PAIS el escritor paraguayo Augusto Roa Bastos, refiriéndose a Yo el Supremo, su obra más conocida en España, donde trata el tema de la dictadura. El novelista pasó unas horas en Madrid, para intervenir en un programa de televisión, y el domingo regresó a Toulouse, en cuya Universidad es profesor de literatura hispanoamericana.

En la biografía de Roa Bastos (Asunción, 1917), su infancia en Iturbe, un pequeño pueblo de la región del Guairá, marca el escenario casi constante de su mundo novelístico.«Se me ha adscrito siempre a una especie de realismo regionalista, debido al repertorio de temas más que al tratamiento literario en sí. He tratado de eludir las formas de la novela regional y un realismo de superficie. Me ha interesado, el trasfondo simbólico o mítico de las cosas. En una realidad como América latina, y concretamente Paraguay, se mantiene intacto su contacto con la naturaleza, se perciben mejor las pulsaciones de la vida colectiva y el sentido de los acontecimientos a través de este trasfondo mítico. En el Paraguay tenemos también la coexistencia, de dos idiomas nacionales de expresión, un caso único de bilingüismo: El guaraní, de carácter oral, y el español, como lengua de la cultura.»

Sobre lengua y cultura guaraní, Roa Bastos lleva en la Universidad de Toulouse un seminario. Francia ha demostrado una gran preocupación por las culturas precolombinas. «El guaraní como lengua aborigen, en cuatro siglos de convivencia con el castellano, ha tenido siempre la parte de la lengua dominada. Esta especie de desequilibrio que marca la coexistencia de estos dos idiomas produce también un trasfondo lingüístico, social y humano. La pervivencia del guaraní, frente a la marginación de su enseñanza y el crecimiento tecnológico, habla de la profundidad con que está entroncado en la vida del pueblo paraguayo este idioma vernáculo. Suele existir la idea de que el guaraní es un dialecto indígena, cuando es una lengua organizada, de carácter aglutinante, con una increíble precisión en su gramática.En Francia se han establecido cátedras para la enseñanza de los idiomas amerindios, como apertura hacia los conocimientos de otras disciplinas.»

Para Roa Bastos no existe diferencia literaria entre lo real y lo mítico. «Es peligroso encasillar los géneros o formas de expresión. Hablar de unaliteratura realista supone atenerse a la mostración de una realidad desde fuera.El elemento profundo de los sueños, las obsesiones centrales de una colectividad o de un individuo conforman también una realidad. Esta situación se ha dado a lo largo de toda la novelística hispanoamericana, que tiene un modelo insuperable en El Quijote, donde se encuentran zonas mágicas y realistas. Por otra parte, la dicotomía entre nuestras dos literaturas, la española y la latinoamericana, es un falso problema. Creo que, sobre todo en la época actual, hay una tendencia a recuperar esa identidad perdida u olvidada entre nuestras dos vertientes idiomáticas. Ocurre algo parecido con la situación de la literatura anglosajona. Los grandes sistemas lingüístícos generan su propia unidad y su perpetua transformación, sin perder la identidad fundamental.»

De las obras de Roa Bastos (El baldío, Madera quemada, Los pies sobre el agua, El trueno entre las hojas, Cuerpo presente, etcétera), se han publicado en España Hiío de hombre (Revista de Occidente, 1969) y Yo el Supremo (siglo XXI, 1974), de reciente distribución.

«El nucleo temático persistente en mis novelas es la oposición entre el personaje individual y personaje colectivo. Los hechos fundamentales de mi país, sus vicisitudes históricas, han sido vividos y sufridas por la colectividad. El conflicto central se da en este duelo dialéctico. El individuo que tiene conciencia, sobre todo mala conciencia, y lucidez, siente que ha perdido su identidad y la busca en una confrontación con el personaje colectivo. El personaje individual se convierte en el antihéroe.»

« Yo el Supremo no es una novela histórica, ni biografía novelada del dictador José Gaspar Rodríguez de Francia, en el comienzo de la independencia de Paraguay. A partir de este personaje histórico he tratado de plasmar el personaje simbólico del dictador. Es una composición puramente novelesca que respeta los referentes históricos. Hay también una distinción: En la galería de dictadores de América latina ha llegado a cristalizar un concepto del dictador como autócrata y déspota sanguinario, que lo único que busca es satisfacer su sensualidad de poder y de mando. En el, caso de Rodríguez de Francia era un dictador cuyo objetivo central fue la preservación de la soberanía y la autonomía nacional de. Paraguay como República Independiente. En la novela no existe e autor como creador de un texto está sustituido por un compilador que va tratando de dar al lector 1; construcción de la novela.»

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