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Marc Gasol: “Mi conflicto está entre mi deseo de ganar y mi lealtad a Memphis”

El pívot español aboga por rehacer los fundamentos del equipo después de una temporada infausta y pone a los Celtics como el ejemplo perfecto

Robert Álvarez
Marc Gasol posa en Girona, tras la entrevista.
Marc Gasol posa en Girona, tras la entrevista.Toni Ferragut

La décima, ha sido una temporada infausta para Marc Gasol en la NBA. Su equipo, Memphis, sufrió una grave crisis y acabó con solo 22 victorias, penúltimo en el Oeste. La destitución del entrenador David Fizdale a finales de noviembre puso a Marc en el disparadero. Se produjo un día después de que Fizdale le dejara sin jugar en el último cuarto en un partido ante Brooklyn. Muchos criticaron al 33 de los Grizzlies por considerar que fue quien forzó para que fuera despedido Fizdale, relevado por su ayudante JB Bickerstaff. Los Grizzlies acabaron dando muchos minutos a los jóvenes y dejándose ir, ya que es sabido que los últimos clasificados tienen después más posibilidades de obtener mejores jugadores en el draft.

Pregunta. ¿Qué ha fallado?

Respuesta. Ha sido una temporada dura, no vamos a engañarnos. Empezó con la lesión de Mike (Conley), que ya nos redireccionó el equipo. A partir de ahí, perdimos algunos partidos y se empezó a crear mucha fricción en el equipo. Las cosas no funcionaron. Se decidió un cambio de entrenador y no solo de entrenador, sino de filosofía. El equipo se puso, como mínimo, en pausa. La única forma de mejorar mucho el talento, en principio porque hablamos de jugadores muy jóvenes, para marcar la diferencia era a través del draft ya que a través de la agencia libre estábamos al límite (salarial). Intenté que no fuera así, pero no pudo ser. Al final se decidió que los jóvenes tuvieran muchos minutos, cosa que también veo bien. Pero para mí, había varios objetivos en la temporada que no iban ligados con los míos, que pasaban por intentar ganar: ‘Ok. Que jueguen los jóvenes pero hemos de intentar ganar’. Se perdió ese objetivo.

P. Muchos le criticaron porque entendieron que presionó para que destituyeran a Fizdale.

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R. Fue una parte del aprendizaje. Ver cómo llega a funcionar la vida. Lo lejos de la realidad que está todo eso. Cuando se busca un cambio, se tiene que buscar la raíz. Se produjo de una manera que tal vez no fue la deseada. Viéndolo ahora, hubiera actuado de manera diferente, pero estoy tranquilo. Al final, un negocio de tantos millones de dólares no lo decide un jugador. ¿Que la relación entre un jugador y un entrenador no era la mejor del mundo? Pues sí. El único reproche es no haber intentado reconducirla antes. Pero, al fin y al cabo, no lo echaron por eso. Veníamos de perder ocho partidos seguidos, llevábamos no sé cuántas derrotas más. Al producirse la destitución después de un partido en que yo no había jugado en el último cuarto y tras el que salí diciendo que era una sensación que a mí no me gustaba y a la que quería poner remedio, obviamente se pone más el foco sobre ti. Pero es una situación que se tiene que vivir, y estar tranquilo con la verdad. Yo tampoco estaba jugando a un buen nivel y no me sentía… Me decía ‘hostia, no consigo tirar esto adelante‘. Eso era lo que más me preocupaba, muy por encima de la opinión pública.

P. Pero le pudo hacer daño también algún comentario específico de una estrella como LeBron James.

R. Yo hablo con LeBron. Él ha sido también criticado por el mismo motivo. Hay muchas horas y muchos periódicos que llenar Él es un entrenador reconocido y muy mediático. Me reprocho no haber solucionado antes mi relación con él, pero no me reprocho que lo echaran. Tengo la conciencia muy tranquila.

P. Se ha publicado que Fizdale les preguntó en el vestuario si pensaban que podían ser campeones y usted respondió que no porque no tenían el líder que se necesitaba.

R. Es que no fue así, ni mucho menos.

P. ¿Cómo fue?

P. Es muy importante saber respetar las conversaciones del vestuario. Saber callar y dejar que las cosas pasen. Es importante mantener firmes los principios de uno y poner siempre al equipo por delante. Aunque alguna vez puedas llevarte alguna colleja mediática, por decirlo así, no pasa nada. Has der ser valiente firme y fiel a tus creencias y a tus valores como jugador. No por eso yo saldré a decir lo que pasó ni lo que dejó de pasar, aunque te toque estar a ti delante (de las críticas).

P. Tras lo de Brooklyn, ¿pensaba que lo iban a despedir?

R. No. Yo no esperaba que lo destituyeran así de golpe y porrazo. Fue la tarde del día siguiente cuando vi que podía ser que se lo cargaran. Recibí una llamada del general manager y me comentó que estaban valorando la posibilidad de cargárselo. Y me dice: ‘Que los sepas: nosotros nos lleváremos muchas flechas’, así lo dijo. ‘Pero que sepas que también te caerán a ti’.

Un negocio de tantos millones de dólares no lo decide un jugador. ¿Que mi relación con el entrenador no era la mejor del mundo? Pues sí. Lo único que me reprocho es no haber intentado reconducirla antes

P. ¿El problema es que quiso imponer un estilo nuevo de juego?

R. No fue un tema de juego. Es más, todo lo que me proponen como cambio me lo tomo como un reto, me gusta. El problema es que nos distanciamos mucho, especialmente en las derrotas. Las filosofías de juego son todas válidas siempre que se apliquen y se expliquen bien.

P. ¿Cambiará mucho la cosa con JB Bickerstaff?

R. BJ se encargaba de mí. Y durante todo este proceso hablamos mucho. Es una persona con muchos valores. Viene de familia. Su padre fue un entrenador mítico de la NBA. Es la primera vez que ha podido hacer su staff técnico. Tiene mucha ilusión, ambición. Es muy directo, muy honesto. En una temporada tan dura, ha demostrado su capacidad de sacrificio. Vivir todas esas derrotas y tomar decisiones como las de no hacerme jugar a mí... Pero lo hizo por el bien de la franquicia. Le tengo mucho respeto por todo ello.

P. Apostaron por usted. ¿Si no llega a pasar lo que pasó, tal vez hubiera tenido más facilidad para irse a otro equipo?

R. No sé. Estoy pendiente todavía. Tal vez ahí está mi conflicto mental, entre mi deseo de ganar y mi lealtad. Son dos rasgos míos muy fuertes y hasta ahora no habían estado en conflicto. Era muy claro: aquí podía ganar y soy muy leal. Ahora mismo, si el equipo no quiere ganar, me falla una cosa que yo necesito para el día a día. No es que necesite el anillo a cualquier precio, no es eso. Es: ‘Quiero sentir que en cada momento del día se afronta un objetivo’. Después, los objetivos y los resultados se consiguen o no. Pero cada uno debe poner todo de su parte. Entonces, claro al quitarme eso, me hacía dudar. Ahora estamos viendo qué movimientos hacen y, sobre todo, pueden hacer. Sé que Robert (Pera, el propietario de los Grizzlies) quiere ganar. Hablo bastante con él. Me explica que quiere construir un buen equipo y lo que está haciendo. Pero hay que ver si todas las gestiones son ejecutables, que no es tan sencillo. Y bueno claro, la vida de un jugador es la que es, y estás en este punto.

P. Tiene dos años más de contrato, el segundo opcional. ¿Puede presionar de alguna manera?

R. Ya digo, tengo la suerte de tener muy buena relación con el propietario. Somos muy honestos el uno con el otro, muy sinceros. Hablamos bastante el mismo idioma en este aspecto. Si en algún momento él cambiara de dirección o de voluntad, o se viera obligado a cambiar me lo diría. Nos conocemos muy bien y tenemos una relación muy próxima.

P. El draft no les fue bien.

R. No tuvimos suerte en la lotería. Nos tocó la cuarta elección. Pero dentro de eso, Jared Jackson (ala-pívot de 2,10 metros) está en la línea de lo que quieren hacer. Es un jugador con mucha proyección, defensivamente muy preparado, de los mejores interiores de este año. Es todavía muy joven (18 años) y está por hacer. Jevon Carter (de 22 años y 32º en el draft) ha sido el mejor defensor de la NCAA dos años seguidos.

Tenemos que rehacer los fundamentos del equipo. Lo que han hecho los Celtics esta temporada sin sus dos figuras es el ejemplo perfecto

P. ¿Falta una tercera estrella junto a Mike Conley y a usted?

R. Tenemos que ver, cómo conseguimos trabajar la plantilla y si se puede ejecutar la posibilidad de firmar algún jugador, aparte de si Chandler (Parsons) puede estar sano. Tras sus lesiones, no podemos esperar de él que vuelva a ser un jugador que rinda a tope durante 35 minutos, ni por lo que cobra (24,1 millones de dólares). Debemos olvidar eso. Necesitamos su aportación, que sea capaz de ser el Chandler que necesitamos, no durante 35, pero sí durante 20 minutos. Y que no sea un partido sí, y cuatro no. Y que pueda entrenarse con normalidad. Tenemos que rehacer los fundamentos del equipo y a ver dónde podemos llegar, sin eso…

P. Su ejemplo, el perfil de lo que pretenden, podría ser el rendimiento y los resultados de los Celtics.

R. Es el ejemplo perfecto para cualquier equipo. Perdieron a sus dos estrellas más renombradas, Gordon Hayward en el primer partido y Kyrie Irving antes de los playoffs. Pero, con un bloque de jugadores jóvenes, con una idea muy clara de juego, promoviendo mucho esa generosidad en el juego y poniendo al grupo en primer lugar, han estado a un partido de jugar la final. Si tienes un buen bloque, siempre se ve. El equipo es la base. Si después hay jugadores que despuntan más o menos, lo marca la temporada y su talento.

P. ¿Estaba cantado que iba a ganar de nuevo Golden State?

R. Si Chris Paul no se lesiona, hubiéramos visto. La lesión marcó a Houston, pero eso no debe quitarle mérito a Golden State porque tenía que ganar el séptimo partido fuera y lo hizo, y con solvencia. El deporte tiene un momento de factor suerte. Miras atrás y ves que es la misma final de los dos años anteriores, sí, pero los dos equipos tuvieron que ganar partidos fuera. Y otros, como Toronto realizaron una temporada ejemplar, que ya la hubiera firmado yo. Luego perdió 4-0 con Cleveland (en las semifinales del Este) y el resultado no fue el esperado, pero se tiene que analizar el proceso.

P. ¿Cómo ve la selección?

R. Con mucho anhelo. El sentimiento que tienes cuando juegas con esos compañeros es especial. Después de una temporada como ésta todavía lo valoras más.

P. ¿Qué le parecen las ventanas?

R. Me parece bien que se siga dando opciones a los jugadores que están en esta buena dinámica y a los jóvenes, para ver si toman el relevo y cogen protagonismo. Merecen acabar el camino tan bueno que han recorrido. Han competido muy bien, con una mezcla de veteranos y jóvenes y con mucha presencia en la pista. Colom ha jugado como si llevara en la selección toda la vida. Al final, si no están, no es por falta de talento sino por falta de oportunidades. El baloncesto es bastante sencillo. Si tienes cualidad mental, técnica y física juegas a basket. No es muy complicado. Quino, Oliver, todos los jóvenes que han jugado lo han hecho muy bien… Paulí, Rabaseda, Diop. Hay jugadores con potencial muy grande, pero necesitan oportunidades. Has de apostar y jugártela por ellos.

A Navarro, con 38 años, el Barça le ha pedido de todo porque era lo fácil, que fuera el eje del equipo, y eso no es justo para él

P. En el Barcelona no se ha hecho últimamente.

R. Hay que confiar en ellos. En el Barça se vive una situación por la que ya pasó el Real Madrid en 2011 cuando no ganaba. Decidió apostar por un bloque con Sergi (Llull), Chacho (Sergio Rodríguez), Rudy, Felipe, Mirotic… No obtuvieron resultados inmediatamente, pero al cabo de unos años se ha visto ¿no?

P. En el Barça se ha perdido ese bloque

R. Creo que se está buscando, bueno sí se ha perdido un poco. Se está buscando con poca fortuna. Es un proceso. Pero debes hacer ver a la gente el concepto que tienes de la sección. Tiene que quedar claro.

P. ¿Se ha perdido el Barça en los últimos años?

R. La llegada de Pesic dio un líder y un centro de gravedad al equipo. Hizo que todo el mundo se uniera. Es un gran líder y sabe dirigir muy bien los grupos humanos. El equipo se unió y ganó una Copa que parecía imposible, imposible. Y después en el playoff, pues bueno… Al final es un poco lo de siempre. Gente como Juan Carlos (Navarro)… Obviamente no tendríamos que depender tanto de él. No puede ser que dependamos de él y se le pidan estas cosas con 38 años. No es el por él. Él debería tener un rol muy diferente dentro del equipo y al final ha hecho lo que se le ha pedido: ‘sal en el tercer cuarto, no juegues, ahora no vas convocado, ahora titular, ahora tírate la última, ahora tal…’ Y Juanqui hace todo lo que le dicen. Para mí es un ejemplo de jugador de club, de cómo encajar. Juanqui sigue fiel a su pensamiento y siempre pone al equipo por encima de él. Lo he visto así desde 2000 hasta ahora y el tío no cambia, ¡no cambia! Siempre asume la culpa. Siempre quiere lo mejor, lo que haga falta, lo que vosotros queráis. Deben encontrar como rodearle de manera conveniente. Él no puede ser el eje del equipo, no puede serlo, no es justo. Y a día de hoy tiramos de él porque es la solución fácil.

P. Todo eso coincide con un Madrid enorme.

R. Son muchos y muy buenos. Juegan muy bien. Tienen muchas opciones. Ves el quinteto titular que saca Pablo contra el Fenerbahçe, y dices: ‘muy bien, perfecto para un partido así’. Pero los que salen del banquillo ¡bufff…! Te sale Llull, Rudy, un banquillo de la hostia. Y dices ‘vale’. Ves un bloque, una identidad propia, ves lo que quieren hacer, lo entiendes, todo tiene una sinergia, todo muy claro, no hay dudas. Eso, ¿no?

Doncic tiene el coco para adaptarse a la NBA. El Madrid perderá sin él, pero tiene un bloque por encima de todo, todos lo tienen muy claro

P. Pero van perdiendo jugadores y continúan arrasando. ¿Perderán mucho con Doncic?

R. Perderán, sin duda, pero alguno cogerá el relevo porque tienen un bloque por encima de todo. Tienen un rol muy definido en esa posición, como cuando estaba Campazzo se fue y volvió con sus virtudes de defensa y de entrega, diferente de Chacho. Lo tienen muy marcado. Y Pablo tiene una idea muy clara. Y la estructura, todos, lo tienen muy claro: Juan Carlos (Sánchez, director de la sección) y Alberto Herreros (director técnico), todos. Tienen muy definido lo que tienen que hacer, muy poco espacio para la duda. Y eso, en un proyecto deportivo, es muy importante.

P. ¿Luka Doncic en la NBA?

R. Sabe jugar muy bien al baloncesto, le gusta mucho trabajar y Dallas es una franquicia en la que tendrá los recursos para mejorar, con un entrenador muy bueno (Rick Carlisle). Dallas tiene la cultura de baloncesto idónea, aunque ha hecho una temporada atípica. Pero tiene un buen bloque de jugadores.

P. ¿Lo ve más como dos que como base?

R. Sin duda, porque, además, Dallas tiene un base joven muy bueno, muy explosivo (Dennis Smith). El tema es que en la NBA, en defensa, las cosas pasan un poco más rápido, pero (Doncic) tiene el coco para adaptarse.

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Sobre la firma

Robert Álvarez
Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona, se incorporó a EL PAÍS en 1988. Anteriormente trabajó en La Hoja del Lunes, El Noticiero Universal y el diari Avui.

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