La mentira del loco solitario
Carles Torras ganó el festival de Málaga con este 'thriller' sobre las frustraciones provocadas por el sueño americano
Al cine de Carles Torras (Barcelona, 1974) se les está agudizando el pesimismo. Joves (2004), Trash (2009), Open 24h (2011) y Callback (2016) conforman un descenso, paso a paso, hacia el más profundo del infierno del ser humano. "Puede, porque estoy ahondando en personas que resisten a adaptarse a lo establecido, y que en muchos casos terminan avocados a la locura. Y el cine tiene esa capacidad de investigar en la condición humana, y no tanto para juzgar. Mis personajes están avocados al vacío, no se les ve posible salvación". En Callback ha ido más allá, y en cuanto aparece la esperanza, la acción la cercena radicalmente.
Todo lo contrario a la carrera de Torras, porque Callback ganó en Málaga la Biznaga de Oro a la mejor película, y su protagonista, el chileno Martín Bacigalupo, coguionista del filme, se llevó el galardón a mejor actor. "Fue una sorpresa y una alegría, porque cuando concursas en un festival no sabes cómo son los rivales, no ves a las competidoras. Me alegré mucho por el reconocimiento a Martín. Desde que empezamos la escritura, sabíamos cómo sería el viaje conjunto. En el rodaje no hubo muchas instrucciones. En el libreto yo me ocupé más de la estructura, de las tramas, y él de los diálogos. Domina el inglés, como luce en pantalla". Ese Larry De Cecco, mudancero que quiere ser actor de anuncios, esconde muchos secretos. Por eso, Callback es, hasta cierto punto, un thriller. "Al moverse por el punto de vista del protagonista, a medida que avanza el metraje vas descubriendo quién es en realidad ese personaje. Vamos quitando capas, y por eso la estructura puede que no parezca la habitual del thriller, pero sí su tensión". Su origen, esas americanas grandes, su inmersión en el cristianismo evangelista más ortodoxo reflejo de una falsa espiritualidad actual... pistas de cómo es en realidad.
Para conocer el mundo del personaje, Torras, que ha vivido un tiempo en EE UU, preguntó a varios amigos cómo se podía conseguir documentación falsa. Y estos le enseñaron el proceso. "Yo por suerte no lo necesitaba, pero a mi alrededor sí había gente que lo quería para trabajar en, por ejemplo, un bar. Esa falsificación de carnés es habitual y hasta cierto punto tolerada, porque todo el mundo que trabaja con esa documentación no puede recuperar sus impuestos. Y en EE UU se necesita mano de obra, sin la cual no puede funcionar. No creo yo que Trump acabe con eso, porque ¿quién les haría las pizzas?". El protagonista, obsesionado con vivir el estilo de vida estadounidense, el american way of life, "imita todo lo que le rodea, quiere ser uno de ellos y por eso reproduce sus estereotipos; a pesar de su falta de habilidades sociales".
Un personaje tan alienado acabará, para ser aceptado, en una iglesia evangélica. "Antes de Callback produje un documental, American Jesus, sobre las distintas iglesias evangélicas, que me sirvió mucho para este aspecto. Cada uno se hace una iglesia a su gusto, y no deja de ser un negocio para los pastores". Esas secuencias se rodaron en Barcelona, como algunos otros interiores. El resto es Nueva York, una ciudad que luce en pantalla. "Éramos 10 personas en el rodaje, y cabíamos en una furgoneta grande. Localizamos en sitios que no pagáramos, y en Nueva York hay muchas facilidades para filmar, sobre todo para un equipo pequeño. Lo hemos aprovechado todo".
Para la próxima, Torras y Bacigalupo vuelven a repetir como tándem. "La tenemos muy clara. Esperamos tener el guion pronto. Será también en Estados Unidos, para seguir mostrando la otra cara de su sociedad, la más oscura. Con cosas que en Callback se quedaron en el tintero. Ahora, el tono será muy distinto y el personaje de Martín llamará aún más la atención que el de Callback. Nos distanciamos de este porque no queremos repetirnos".
Babelia
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