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Columna
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La catástrofe de Demián Bichir

El actor desconcierta en Morelia con su ópera prima, 'Un cuento de circo and a love song'

Luis Pablo Beauregard
Demián Bichir en 'Un cuento de circo & a love song'
Demián Bichir en 'Un cuento de circo & a love song'

La fiebre de los actores que se convierten en directores contagió a Demián Bichir. El intérprete se resistió a esa inquietud profesional durante años, pero terminó cediendo como lo hicieron Eugenio Derbez, Gael García Bernal y Diego Luna. El Festival de Morelia estrenó el 23 de octubre Un cuento de circo & a love song. Al finalizar la proyección, los aplausos de los amigos y familiares de la producción se mezclaron con el desconcierto de parte de la audiencia. Uno de los actores mexicanos más queridos había filmado una terrible ópera prima.

En Un cuento de circo & a love song no existe rastro del actor nominado al Oscar en 2011. Ese año, Bichir encarnó en A better life a un entrañable migrante mexicano que batalla para impedir que las pandillas latinas de Los Ángeles le arrebaten a su hijo. En su primer guion escrito, Bichir creó a Refugio, un niño que creció en un circo rural mirando al cielo y pensando que algo mejor le esperaba fuera del escenario, donde era el patiño de los payasos. Ese destino resultó estar en Nueva Orleans, donde Refugio adulto escribe para una agencia publicitaria.

La vida de Refugio, interpretado por Bichir, cambió en un bar de estriptis. El personaje queda deslumbrado por Kay, una bailarina interpretada por Stefanie Sherk (la pareja del director en la vida real). Ambos conectan al hablar de corrientes de psicología. La trama se complica —es un decir— cuando Refugio se entera de que Kay es amante del perverso dueño del bar (Jason Patric), un antagonista que parece haber sido trazado por las manos de un guionista de telenovelas.

Bichir desarrolló el guion hace diez años en un taller de actores llamado La tina de las marranas. Le rondaba en la mente una visita que había hecho muchos años antes a un circo rural en el Estado de Hidalgo. En la película, sin embargo, los años de juventud de Refugio en el circo son una anécdota habitada por personajes secundarios confusos y poco desarrollados. Entre ellos está el interpretado por Eva Longoria, una americana que huye de su pasado y la madre de Refugio (Arcelia Ramírez), una artista que llora el abandono de su marido (el cubano Jorge Perugorría).

Las formas de Un cuento de circo & a love song recuerdan al cine mexicano de los años noventa, en el que Bichir fue una figura central. La película tiene un aire familiar. No solo porque la trama ya se ha visto, sino porque el proyecto ha sido sacado adelante por amigos y familiares. La cinta fue producida por su hermano Bruno. Muchos de los actores son amigos de Demián. Algunos, según dice él mismo, lo llamaron porque querían estar en la cinta. Esto obligó a escribir papeles que solo abren la trama y que no están bien resueltos. Al ver el resultado en pantalla uno se pregunta si alguien fuera de ese círculo hizo sugerencias al director o si nadie se atrevió a hacer anotaciones a una de las vacas sagradas del cine mexicano. “No hubo restricciones ni imposiciones”, confesó Bichir en una conferencia de prensa en Morelia.

A pesar de mucho de lo que no funciona en Un cuento de circo & a love song, se debe reconocer la ambición que Bichir tuvo en su ópera prima. Hijo de una actriz y un director de teatro y con una trayectoria de 40 años, el autor se propuso contar una trama compleja con una decena de personajes y saltos en el tiempo. Esto significaba un reto técnico para alguien que no había estado jamás detrás de la cámara. El resultado no satifizo las expectativas generadas, pero es un alivio saber que Bichir no engrosa las numerosas filas de los cineastas mexicanos que se decantan por ese cine contemplativo y pretencioso imposible de ver.

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Sobre la firma

Luis Pablo Beauregard
Es uno de los corresponsales de EL PAÍS en EE UU, donde cubre migración, cambio climático, cultura y política. Antes se desempeñó como redactor jefe del diario en la redacción de Ciudad de México, de donde es originario. Estudió Comunicación en la Universidad Iberoamericana y el Máster de Periodismo de EL PAÍS. Vive en Los Ángeles, California.

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