Lucha de poder tras la dimisión de 12 jefes de bomberos
Además del conflicto por las jornadas de 35 horas hay choques entre veteranos y nuevos
El miércoles dimitieron en bloque los 12 jefes de la cúpula del cuerpo de bomberos. No podían asumir, según su versión, el supuesto plan del Ayuntamiento para implantar las 35 horas laborables ni el cese la semana pasada de Ignacio Becerril, director general de Emergencias, que llevaba dos meses en el cargo, y Juan José García, el jefe de bomberos, que había sido nombrado en octubre de 2018, y que calificaron de “purga estalinista”. El concejal de Emergencias, Javier Barbero, les acusó ayer de “intoxicar” y de tener “intereses espúreos y personales”. Cuando se apagan las grabadoras, aparecen en escena conflictos generacionales en la escala técnica entre oficiales veteranos y recién llegados, fuegos cruzados, luchas de poder, y mucho humo a tres meses de las elecciones municipales.
El conflicto oficial es la merma en los recursos que supone la jornada laboral de 35 horas para un servicio que tiene que estar disponible 24 horas, 365 días al año. Según los cálculos de la jefatura dimisionada —que pueden renunciar a sus puestos pero siguen siendo funcionarios—, los efectivos de guardia caerían en un 10% y necesitan ser repuestos. “Barbero, a través de Becerril con ‘reuniones discretas’ y en un email de este, nos plantea a los directivos, que somos los encargados de sujetar la logística, el cierre de parques, la reducción de efectivos en tramos nocturnos y en los camiones”, asegura Rubén Gallego, subinspector de Normalización y Decisiones Técnicas que actúa como portavoz de la excúpula.
La oposición pide el cese de Barbero
PP, PSOE y Ciudadanos pidieron ayer a la alcaldesa, Manuela Carmena, el cese de Javier Barbero. El delegado de Salud, Seguridad y Emergencias fue reprobado por el Pleno por su conflicto con la Policía Municipal tras la muerte en Lavapiés del vendedor ambulante Mame Mbaye. Carmena describió la nueva pugna contra el concejal —que se suma a los encontronazos con algunos sindicatos policiales durante la negociación de su convenio— como "un conflicto de sustitución, pluses, categorías, las 35 horas..., son los procesos de negociación". La alcaldesa añadió, en una entrevista en Carne Cruda, que su Gobierno lo gestiona "tranquilamente y sabiendo que los conflictos son así". Barbero aseguró ayer ante preguntas de la prensa que no considera dimitir.
Barbero afirmó que es “radicalmente falso” que el Ayuntamiento plantee cerrar parques y reducir de ocho a seis los efectivos de los trenes de ataque, los camiones que responden a emergencias. Reconoció un déficit histórico de personal y aseguró que llevarán una propuesta de solución a la mesa sectorial que se reúne el próximo lunes para estudiar jornadas extras, con una dotación presupuestaria, que garanticen el servicio y las 35 horas.
Para CC OO, que representa a cerca del 70% de la plantilla y apoya a la cúpula sublevada, “la relación con Barbero se ha ido degradando con el tiempo”. Según su responsable del sindicato en el Ayuntamiento, David Gómez, han ido “perdiendo la confianza” en él. Entre las causas, cita que en verano de 2017 se les obligó a hacer horas extraordinarias que impactaron en su conciliación de la vida personal y “los retrasos reiterados en el pago de las productividades”. CSIF, la segunda central en representación en el cuerpo, aún mantiene el optimismo. “Vamos a disfrutar de las 35 horas y el servicio va a salir adelante”, asegura Daniel Delgado, representante de la sección de bomberos en el sindicato.
El conflicto soterrado, según fuentes conocedoras del cuerpo, es la lucha de poder entre dos bandos en la escala técnica, formada por una treintena de oficiales. Están los antiguos, ingenieros, arquitectos y otros técnicos que entraron desde fuera hace años mediante oposición. Y los nuevos, con carreras similares pero que accedieron en 2015 mediante promoción interna por concurso oposición después de haber sido bomberos de base.
“Purgas estalinistas”
Los dimitidos forman en su mayoría parte del segundo grupo —10 de 12— y fueron nombrados por libre designación, bajo el mandato de Barbero, por Eugenio Amores, jefe de Bomberos cesado en 2018 poco antes de jubilarse. Tras relevarle García y con las libres designaciones en peligro, comenzaron las “denuncias de todos contra todos” en la escala técnica, según fuentes del cuerpo. Veteranos contra recién llegados, degradados a puestos inferiores frente a los ascendidos. La semana pasada llegaron además los ceses de Becerril y García, que Gallego y los demás jefes tildaron de “purga estalinista”. Para Barbero fue una “reestructuración habitual en una organización dinámica”.
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