Pujol confirma que irá al Parlament y avisa: “Tengo más cosas que decir”
El PP apoyará la investigación impulsada por ERC, ICV y la CUP
El expresidente de la Generalitat de Cataluña Jordi Pujol sale cada mañana de su domicilio y camina —ahora renqueante, por un esguince en el pie derecho— los pocos metros que hay desde la puerta protegida de la vivienda al coche que le espera. Acostumbra a responder con evasivas, pero ayer se paró frente a los periodistas y concretó su intención de acudir al Parlamento autonómico, que lo ha convocado para que explique el fraude fiscal que confesó.
Pujol respondió a la llamada de la Cámara con un comunicado en el que anunciaba su disposición a acudir a partir del día 22 de septiembre. "Pese a que no estoy obligado a comparecer, yo iré, por el respeto y la consideración que le tengo al Parlament", dijo ayer frente al enjambre de micrófonos de los periodistas apostados ante su domicilio.
El expresidente quitó importancia a la polémica generada por su comunicado, que demora su comparecencia más allá de lo que la oposición quería. "Nos teníamos que poner de acuerdo en la fecha. Estoy a la espera que el Parlament me responda". Pujol prometió que en su intervención irá más lejos que en el comunicado en el que confesó el fraude: "Tengo más cosas que decir, pero las diré cuando nos pongamos de acuerdo sobre la fecha", apostilló.
Acostumbrado a ejercer durante sus 23 años de presidencia un control absoluto de sus declaraciones ante los medios informativos, el expresident tuvo que soportar mientras hablaba el acoso de los ciudadanos indignados apostados frente a su casa y de los conductores, que hicieron sonar sus bocinas al verle, animados por carteles en los que se leía: "Pita x Pujol, honorable ladrón". "Ladrón" es una de las palabras que más tiene que oír Pujol cuando sale de su vivienda, además de "corrupto" y exhortaciones a que devuelva el dinero defraudado. "¡Pujol nos roba, Mariano también!", rezaba otro de los carteles.
El tramo de la Ronda General Mitre en el que está situada la vivienda del ex presidente de la Generalitat y su esposa, Marta Ferrusola, pocas veces ha vivido tanto ajetreo como ahora. Pujol ha vuelto a Barcelona después de pasar el verano entre la Cerdaña y Queralbs. Tras confesar que durante 34 años tuvo dinero oculto en paraísos fiscales, se escondió en las casas pirenaicas de sus hijos; después se dejó ver en la vivienda gerundense, propiedad de su mujer, en la que pasa todos los veranos. Ahora que ha vuelto a la capital catalana, la calle es un nido de periodistas que hacen guardia, acompañados por un grupo reducido de personas que esperan a los Pujol para increparlos.
Marta Ferrusola también tiene que soportar el enfado de los ciudadanos apostados frente a su casa y las preguntas de los periodistas. Esa presión la descargó el miércoles sobre un informador que le preguntó por la comparecencia parlamentaria de su marido. "¡Vaya a la mierda!", le respondió Ferrusola desde dentro de un taxi.
Otro que escuchó gritos fue el quinto hijo del expresident, Oriol Pujol Ferrusola, que está apartado de los focos desde que dimitió de su cargo como secretario general de Convergència por su imputación, por cohecho y tráfico de influencias, en el caso ITV, de concesión de estaciones inspección técnica de vehículos. Oriol Pujol acudió en moto a casa de su padre con un acompañante que no se quitó el casco en ningún momento. Aguantó estoico las preguntas de los periodistas y los gritos de los manifestantes hasta que logró que le abrieran el portal. La misma casa en la que pasó su infancia, porque los Pujol nunca han cambiado de vivienda: adquirieron el piso contiguo al primero que compraron para tener espacio para ellos y sus siete hijos.
Varias personas increpan al fundador de Convergència cuando sale de su domicilio
Esquivos desde que el patriarca confesó el delito de fraude fiscal, los Pujol Ferrusola tendrán que someterse a los focos del Parlamento catalán. La oposición registró el miércoles dos propuestas de comisión de investigación. El PP, que solo apoyaba una de ellas, anunció ayer que dará su voto favorable a la petición de ERC, Iniciativa y la CUP, que también secundan PSC y Ciutadans.
Los votos de todos los partidos, menos CiU, permitirán aprobar por mayoría una comisión sobre fraude fiscal, que se centrará en primer lugar en el fraude de Jordi Pujol y en los negocios que su mujer y sus hijos hicieron, presuntamente, gracias a la gestión del expresidente en la Generalitat.
Acudir a las comisiones de investigación es obligatorio, puesto que el Parlament puede pedir responsabilidades penales si se desoye la llamada. Otra cosa es el discurso: el compareciente puede no decir ni una palabra, como hizo el saqueador confeso del Palau de la Música Félix Millet en la comisión que investigó la supuesta financiación ilegal de CDC a través de la institución.
La propuesta de comisión debe pasar por el pleno —hay una vía directa que los partidos ya han agotado—, lo que retrasará su creación hasta octubre. El PP quiere acelerar los trámites y pidió ayer un pleno extraordinario para votarla. Su líder, Alicia Sánchez-Camacho, se mostró dispuesta a acudir a la comisión a explicar el almuerzo que mantuvo con la examante de Jordi Pujol Ferrusola, Victoria Álvarez, en la que esta le detalló los negocios de la familia. Hasta ahora, Sánchez-Camacho había desoído la llamada de una comisión ordinaria del Parlament para explicar ese encuentro.
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