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JUSTIN TIMBERLAKE | HOMBRE | BELLEZA

'La fama no es real'

Cuatro años sin publicar un disco para desarrollar una carrera en el cine, que por fin despega con 'La red social'. Hablamos con la estrella pop del reverso oscuro de la fama mientras promociona Play For Her, nuevo perfume femenino de Givenchy.

Mientras Justin Timberlake triunfa como actor con La red social, en Internet se bromea glosando los motivos por los que el músico debería dejar el cine. Únicamente está guapo con sombreros estilo fedora, señala uno, lo que reduce sus opciones de epatar a papeles de detective. Otro hace un chascarrillo sobre uno de sus viejos videoclips, What comes around…, un vehículo de lucimiento interpretativo de nueve minutos en el que el cantante, en un registro involuntariamente folletinesco, se acuesta y se pelea con Scarlett Johansson. Y entre tanta tesis de calado científico, subyace una idea con cierto sentido: cada vez que Timberlake habla o actúa, suena irremediablemente arrogante. Algo que no le ocurre cuando canta sobre un escenario. Quizá porque ahí está demasiado ocupado para parecerlo. "La fama no es algo real. Al final del día, todos nos vamos a dormir, todos tenemos las mismas inseguridades, esperanzas y miedos. Solo por el hecho de que yo pueda hacer algo extraordinario no significa que yo sea extraordinario", se defiende como puede esta ex estrella del Club Disney, que lleva 20 de sus 29 años en una relación manifiestamente complicada con su celebridad. "Yo no me creo mejor que nadie. Los médicos sí deberían ser celebridades. Ellos salvan vidas. Yo, como mucho, puedo hacer que la gente olvide sus problemas. Pero nunca podré salvarles de ellos". Una bonita idea que el cantante acostumbra a recitar en varias de sus entrevistas.

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Repite como cara de un perfume de Givenchy. Es verano y está en París promocionándolo. A Play, una fragancia masculina hecha a su imagen, se le une ahora Play For Her, destinada al público femenino. La firma de lujo francesa ha montado un sarao importante y Timberlake cumple con profesionalidad. En la rueda de prensa despliega cercanía y carisma. Asiste incluso a la fiesta en su honor. Se sienta unos minutos y bebe agua mientras un séquito de gorilas y publicistas le protege del centenar de temibles periodistas de belleza que hay como invitados. Cierto que en las dos jornadas promocionales que dedicó al perfume y otra a la de su película en Madrid, al menos tres periodistas consiguieron burlar el dispositivo de seguridad para pedirle un autógrafo. Ante la tensión de su equipo, él responde con tres segundos de gélido silencio que acaban en un sí encogido de hombros, finalmente cordial. "En el fondo, no hay ningún motivo real para asustarse", confirma al día siguiente. "Cuando me reconocen, generalmente no supone un gran problema. Yo le digo hola a todo el mundo. No me dejaría sacar fotos, por ejemplo, en un concierto de otro. Porque creo que tengo que mostrar respeto por los artistas que están en el escenario. Pero esa es solo mi opinión. Tengo que proteger mi vida".

Tras abandonar *NSYNC, la boy band que le transformó en ídolo de instituto, sorprendió en solitario con dos discos extraordinarios. Vendió 17 millones de copias. La prensa le proclamó enésimo heredero de Michael Jackson. Cuando no el definitivo. Flanqueado por dos productores que marcarían época, Pharrell Williams y Timbaland, encadenó entre 2002 y 2007 por lo menos ocho éxitos mundiales. En 2006, Justin ya era una estrella a la altura de Beyoncé o de su ex Britney Spears. Y canciones como SexyBack o LoveStoned, aparte de pedir a gritos que alguien le regalara un teclado con barra espaciadora, le otorgaron una credibilidad que le acercó al circuito alternativo. "Nunca he sentido presión por hacer un hit. Solo buscábamos lo que pensábamos que sonaba nuevo, lo que faltaba. Mi sello solo apostó por esas canciones después de un gran esfuerzo. Nadie entendió SexyBack. Creían que estaba loco", recuerda de FutureSex/LoveSounds, su último álbum. Publicado hace cuatro años: algo que inevitablemente dificulta la entrevista con cualquier músico.  

En honor a la verdad, Timberlake nunca ha dejado estrictamente la música. Desde 2007 le hemos visto en colaboraciones o dúos más o menos ambiciosos con T.I, Ciara, 50 Cent, Snoop Dogg o Madonna. Aunque ni siquiera este último colmó las expectativas. Pero que no se ose justificar así su gradual interés por el cine. "¿Cuáles son mis obsesiones musicales ahora mismo? No lo sé. Es probable que ese sea el motivo por el que no estoy haciendo un disco ahora mismo". Estupefacción. ¿Es posible que Justin esté atravesando una crisis creativa? "No lo creo. Es solo que no tengo ganas. Estoy disfrutando de mi vida. Haciendo películas. Creo que cada uno tiene su propia medida del éxito. Todo el mundo diciéndote que quiere que publiques otro álbum…, es genial, gracias, pero creo que debo ofrecer lo mejor que sea capaz. Si no estoy cien por cien centrado en ello, no creo que vaya a ser mi mejor trabajo". Considerado en su día la vanguardia del mainstream, ¿comulga con lo que ahora escucha en la radio? "Todos esos sintetizadores… Empieza a sonarme todo igual. Lo que haría ahora no sonaría así". ¿Se refiere a Lady Gaga? Después de ella, casi se requiere un esfuerzo extra para llamar la atención en el negocio. "Ella tiene una voz propia, un argumento, un punto de vista. Es extraordinaria como comunicadora en un registro muy específico. Pero siempre se ha requerido un esfuerzo extra. Todo el mundo tiene que disfrazarse en el escenario. Ella, simplemente, está llevándolo lo más lejos que puede. No va a cambiar el mundo, pero es guay".

Es evidente que Timberlake ha sido lo bastante prudente como para no seguir los pasos cinematográficos de estrellas pop como Michael Jackson o Mariah Carey. En vez de protagonizar biopics sospechosamente parecidos a su vida, lo tenemos cosechando buenas críticas. Como en la película sobre Facebook, en la que da vida a Sean Parker, cofundador de Naspter. Su personaje es la viva definición del geekster: una mezcla de geek, cerebrito de la tecnología, y hipster, tío moderno y cool, en la línea de Justin. Y el responsable de haber arruinado el negocio de las discográficas tal y como lo conocíamos. "Es bastante irónico, lo sé. Pero no tengo ningún problema con él. Ni con el hecho de interpretarle", confiesa. "Yo no soy quién para decirle a un niño lo que tiene que hacer. Cuanta más música robe, menos se publicará. Pero si él quiere seguir descargándola ilegalmente… Conocí a Sean Parker brevemente antes de que me seleccionaran para la película. No tengo una opinión negativa o positiva sobre él. Cuando interpretas a un personaje tu trabajo es intentar simpatizar con él para ser honesto en el retrato humano. Y yo encontré muchas simpatías".

Mientras el cantante/actor concluye tratando de aclararse sobre cuál le gustaría que fuera su legado -"Me encantaría quedar como alguien que hizo cantar, bailar y reír a la gente. Y llorar también. Todo a la vez"-, en la habitación contigua del hotel parisiense donde se realiza la entrevista Suiza derrota a España en el debut del mundial del fútbol. Timberlake, un forofo de los deportes, no está sorprendido, espera que Brasil gane la copa. Meses después, en Madrid, aprovecha para revisar sus impresiones: "Que España ganara fue realmente emocionante. Algo anhelado durante mucho tiempo y por ello aún más merecido".

play for her: a justin le gusta jugar Ligeramente almizclada, cálida y delicada, la madera de Amyris evoca en Play For Her al sándalo y al cedro. Un perfume que nace en dos variaciones olfativas del mismo espíritu. La ligera, Eau de Parfum, y la intensa, Eau de Parfum Intense. Los frascos, que recuerdan a un iPod o a cualquier 'smartphone', representan el acercamiento de la 'maison' francesa a la era digital, pero manteniendo la coquetería y el 'glamour' sutil que hizo a Hubert de Givenchy universal en los años sesenta. En palabras del propio Justin Timberlake, que inspiró y participó en su creación y protagoniza su publicidad: "Creo que esta nueva fragancia femenina es muy complementaria a la masculina, que creamos hace dos años. Van mano a mano. Hacer la campaña fue también muy divertido, la idea era crear magia y romance, y creo que lo conseguimos. Si tuviera que describir a la mujer que llevara Play For Her diría que es muy Givenchy, que sabe adaptarse a los tiempos, arriesgada, nada tradicional. Siempre he amado la marca, es pulcra, con un diseño arquitectónicamente limpio". Precio, desde 70,50 a 92 euros, en función del tamaño. 1. Harmonie Calm Fluide-crème lacté délicat, de Decléor Paris (52,90 euros). Emulsión de día de alta tolerancia. Textura suave y fresca que calma y reconforta la piel, mientras la hidrata y reafirma. 2. Timexpert SRNS. Repair Night Progress, de Germaine de Capuccini (79,55 euros). Serum con gran concentración de activos antioxidantes que calman de forma inmediata los síntomas de irritación y falta de confort de la piel. 3. Hair Clipper Maverick, de Remington (49,90 euros). Cortapelo digital que detecta automáticamente la velocidad adecuada a cada tipo de cabello. Con 15 longitudes predeterminadas. 4. Spray Hydratant Corps, de Clarins Men (28,50 euros). Hidratación rápida sin efecto graso ni pegajoso. 5. Capital Force, de Kérastase Homme (14,50 euros). Nueva línea que combate las causas hormonales de la caída del pelo. Tres tipos de champú y un tratamiento activador de uso diario. 6. Gentle Gel Cleanser, de Sundari (38 euros). Ideal para una primera limpieza también puede emplearse como gel de afeitado de efecto suavizante y calmante. 7. agua de musgo, de Secretos del Agua (32 euros). Agua de musgo-relajante para pieles sensibles. Recomendable tras el afeitado.

El cantante y actor Justin Timberlake
El cantante y actor Justin TimberlakeTOM MUNRO

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