Cuatro muertos en una serie de motines en Kirguizistán
Los presos organizaron rebeliones en varias cárceles mediante teléfonos móviles
Con al menos cuatro muertos y diversos heridos concluyó ayer la represión de varios motines aparentemente coordinados en las cárceles de Kirguizistán, el empobrecido país centroasiático que en marzo pasado fue escenario de una revuelta conocida como la Revolución de los Tulipanes. Según el viceministro de Justicia, Serguéi Zúbov, murieron cuatro presos, dos de ellos en un penal de Moldovanovka, en las afueras de Bishkek, y otros dos, en una prisión de Petrovka, también en las afueras de la capital. Los medios de comunicación de Kirguizistán se refieren, sin embargo, a decenas de muertos.
Los acontecimientos se produjeron cuando fuerzas antidisturbios trataban de poner orden en Moldovanovka. El pasado 20 de octubre, en aquella prisión fueron asesinados el diputado del Parlamento Tynychbek Akmatbáyev, y el jefe de las Instituciones Penitenciarias de Kirguizistán, Ikmatul Polótov. El fin de las fuerzas antidisturbios ayer era trasladar a otro centro penitenciario a los supuestos implicados en aquellos asesinatos, comenzando por Aziz Batukáyev, una autoridad del mundo del hampa al parecer de origen checheno.
Los reclusos tenían fusiles ametralladoras, pistolas y otras armas de fuego además de armas blancas y se habrían enfrentado a las fuerzas antidisturbios. También utilizaron sus teléfonos móviles para provocar motines en otras prisiones del país, según informó NewsInfo. El nuevo jefe del sistema penitenciario de Kirguizistán, Kapar Mukéyev, fue herido en la refriega. En Moldovanovka se confiscaron fotos de los líderes chechenos Shamil Basáyev y Aslán Masjádov, según el vicefiscal de Kirguizistán, Jabibulá Abdugapárov.
Tras los motines del 20 de octubre, Ryspek Akmatbáyev, el hermano del diputado asesinado, organizó una manifestación frente al Parlamento para pedir el cese de Felix Kúlov, el jefe del Gobierno, a quien hacía responsable de los sucesos que costaron la vida a su hermano. Akmatbáyev es considerado como otra de las autoridades del hampa en Kirguizistán, según informaciones publicadas en la prensa rusa. Los manifestantes encabezados por Ajmátbáyev se dispersaron tras varios días de acampada urbana cuando el presidente Kumanbek Bakíyev prometió investigar los hechos.
Kirguizistán tiene cinco millones de habitantes que viven mayoritariamente en la pobreza. La precariedad económica es caldo de cultivo para actividades delictivas como el contrabando de narcóticos. El trasfondo social y político de los motines carcelarios y de la manifestación frente al Parlamento es difícil de apreciar a distancia.La revuelta del pasado marzo acabó con el régimen de Askar Akáyev, que permaneció 15 años en el poder. En julio se celebraron elecciones presidenciales anticipadas que fueron ganadas por Bakíyev. Tres diputados fueron asesinados desde la Revolución de los Tulipanes.
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