La milicia islamista abandona la capital de Somalia
El presidente clama victoria mientras los rebeldes hablan de retirada táctica
El presidente de Somalia, Sharif Ahmed, aseguró ayer que el Ejército ha derrotado a los rebeldes islamistas después de que los hombres armados de la milicia Al Shabab comenzaran a abandonar las destrozadas calles de la capital, Mogadiscio, tras los encarnizados combates del viernes. Sin embargo, el portavoz de Al Shabab, Ali Mohamed Rage, apuntó que la retirada era solo táctica y que los islamistas, acusados de entorpecer el reparto de ayuda humanitaria en un país que sufre una hambruna devastadora, conservan sus posiciones en varias zonas de Somalia.
"Es el inicio de la paz y la estabilidad para Somalia", dijo el presidente somalí, quien consideró la retirada de los rebeldes una "victoria nacional". Nadie sabe aún si sus palabras son prematuras. "Después de un mes de largas reuniones y debates, hemos decidido cambiar de táctica de guerra y retirarnos por completo de Mogadiscio, pero aún estamos en otras zonas", precisó Rage.
Un contingente de 9.000 soldados africanos y fuerzas del Gobierno somalí intentan desde comienzos de año expulsar a los milicianos de Al Shabab de Mogadiscio. De haberlo logrado es solo un primer paso. Grandes zonas de Somalia han estado sin control efectivo del Ejecutivo desde la caída del dictador Mohamed Siad Barre hace ya 20 años.
El presidente Ahmed recomendó a los ciudadanos que habían abandonado sus hogares en la capital que no regresen hasta que se compruebe que no hay explosivos. Aunque el Gobierno afirmó que los islamistas se han retirado a una distancia de 100 kilómetros de la ciudad, los expertos dudan de la capacidad del Ejército para controlar el país entero e imponer el orden.
Sobre los motivos del repliegue de Al Shabab todo son especulaciones. Algunos expertos consideran que no son militarmente tan fuertes como se pensaba, y otros dicen que puede deberse a divisiones internas en sus filas. Una de las facciones promueve una agenda nacionalista y la islamización estricta del país y otra aboga por la yihad global y el fortalecimiento de vínculos con Al Qaeda. Un rebelde aseguró a Reuters que ambos grupos comenzaron la retirada por separado, que culminó con una huida masiva el viernes por la noche. "Los milicianos no fueron expulsados por la fuerza", afirmó Farhan Ali, un vecino de un barrio controlado por los fundamentalistas hasta hace dos días.
Muchos de los rebeldes marcharon en sus camionetas pertrechadas con ametralladoras hacia Baidoa, una ciudad a 250 kilómetros al suroeste de Mogadiscio.
El repliegue de Al Shabab favorecerá en alguna medida la asistencia a las decenas de miles de desplazados que han llegado a Mogadiscio desde el sur del país, aquejado por una sequía extrema que amenaza con provocar la muerte a cientos de miles de personas. Antes se tendrá que poner cierto orden para acabar con el pillaje a los cargamentos de ayuda humanitaria.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.