La mayoría de los belgas rechaza la ruptura del país
Un sondeo revela que el 50% teme la división en el futuro
A pesar de que los tambores de escisión suenan con insistencia en la prensa y los medios políticos belgas y de que la gresca entre partidos flamencos y valones mantiene al país, sede de las instituciones europeas, sin Gobierno desde hace más de medio año, la mayoría de los belgas está a favor de que Bélgica no se rompa y siga siendo un solo Estado. Esos son los resultados de una encuesta publicada ayer por el diario La Libre Belgique y la televisión francófona RTL, que muestran que el enfrentamiento entre las dos grandes comunidades lingüísticas del país es menor entre los ciudadanos que entre la clase política.
También ayer, el primer ministro saliente, perdedor en las comicios del pasado junio, Guy Verhosftadt, aceptó el encargo del rey Alberto II de formar un Gobierno interino que se ocupará de los asuntos urgentes del país e iniciará las negociaciones sobre la polémica reforma del Estado que otorgará más poder a las regiones.
Un 88% de los valones y hasta un 72% de los flamencos quieren que Bélgica siga siendo un Estado, según el sondeo. La cifra se reduce, sin embargo, cuando le preguntan a los belgas si piensan que su país seguirá unido en los próximos 20 años. Un 44% de los valones y un 45% de los flamencos teme que el país acabe por partirse. El sondeo indica además que Verhofstadt es el político más valorado tanto en el norte como el sur del país. Paradójicamente, este político liberal flamenco, en el poder desde 1999, supera en popularidad a Yves Leterme, el hombre que se alzó con la victoria en las elecciones de junio. Leterme, socialdemócrata y aliado con los nacionalistas flamencos ha dimitido hasta dos veces en los últimos seis meses tras fracasar en su función de encargado de formar Gobierno.
Verhofstadt debe ahora lograr que una coalición de partidos flamencos y francófonos acepte convivir en un Gobierno interino. La idea es que este Gobierno de transición, -que no está siquiera claro quién lo dirigirá- pueda aprobar medidas presupuestarias.
Mientras, se suceden los incidentes entre flamencos y valones. La última, la protagonizó Miss Bélgica cuando, el sábado por la noche, tras ser elegida, fue incapaz de hablar flamenco. La joven francófona Alizée Poliecek recibió un tremendo abucheo de los asistentes a la gala.
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