Strauss-Kahn se declara inocente de la agresión sexual
Un grupo de limpiadoras le abuchea a la entrada del juzgado en Nueva York
Dominique Strauss-Kahn, ex director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), ha decidido declararse "no culpable" de la acusación -entre otras- de intento de violación a una empleada de limpieza de un hotel de Nueva York. Así se lo hizo saber ayer al juez en una comparecencia meteórica en el Tribunal de Nueva York que duró siete minutos.
De esta manera, el (hasta su detención el 14 de mayo) político francés con más posibilidades de convertirse en el futuro presidente de Francia elige jugársela y librar una incierta batalla judicial que comenzará el próximo 18 de julio, con la Fiscalía de Nueva York, que pide una pena de 74 años. DSK, como se le conoce en Francia, podría haberse declarado culpable y negociar una pena menor.
Strauss-Kahn llegó ayer al tribunal en un inmenso coche negro y apareció con mejor aspecto que en sus dos otras comparecencias, con traje oscuro bien planchado, camisa clara y corbata azul. Su mujer, la periodista multimillonaria Anne Sinclair, se agarró a su brazo al salir del coche y lo acompañó así la decena de metros que separaban el coche de la entrada al juzgado. Un grupo de mujeres, limpiadoras de habitaciones de hotel, muchas con uniforme, que esperaban al político a la puerta del tribunal, gritaron al verle: shame on you (sinvergüenza).
Ahora, comienza un pulso judicial entre uno de los abogados penalistas más famosos de EE UU, Benjamin Brafman, conocido por haber defendido a deportistas, mafiosos o estrellas de la canción, como Michael Jackson, y el no menos conocido fiscal del distrito de Nueva York, Cyrus Vance Jr.
Brafman, de 62 años, crecido en Brooklyn, puntilloso, metódico, que cobra 680 euros a la hora, con un sentido del humor efectivo que a veces utiliza en sus alegatos frente al jurado y una crueldad que con frecuencia desestabiliza a los testigos de cargo, comenzó ayer esa particular batalla. Delante de los periodistas, aseguró que su defendido no ha obligado a nadie a hacer nada. Su misión ahora será la de desacreditar el testimonio clave de todo ese caso, el de la limpiadora.
Enfrente, Brafman (y Strauss-Kahn) tendrá a Cyrus Vince jr., de 57 años, hijo del secretario de Estado de Jimmy Carter, un abogado que se labró su reputación defendiendo a las mujeres maltratadas y que ganó su campaña al cargo prometiendo, entre otras cosas, que no habrá nadie por encima de la ley. La empleada de hogar también cuenta con un abogado conocido en EE UU por su lucha contra el racismo, Henneth Thompson.
La defensa pedirá ahora las pruebas de que dispone la acusación, especialmente los exámenes de ADN. En cualquier momento del proceso, que puede durar desde seis meses a dos años, la defensa puede rendirse, declararse "culpable" y pedir una reducción de pena. Por ahora, no lo hará.
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