Las elecciones provinciales en Irak marcan un nuevo punto de partida
A pesar del gran dispositivo de seguridad, el ambiente en Bagdad ha sido distendido
El grupo de mujeres constituía el mejor póster electoral que un publicista hubiera podido desear. Entusiastas y decididas han llegado al colegio electoral situado en la escuela nacional Ibn Haizam, en Bagdad, convencidas de la importancia de su voto. "Queremos personas que nos den servicios y seguridad", declaran. Como ellas, 15 millones de iraquíes estaban convocados a las urnas hoy sábado para elegir consejos provinciales en 14 de las 18 provincias del país. Las encuestas prevén una participación cercana al 70%.
La jornada electoral, que se inició con cierta pereza a las siete de la mañana (dos horas menos en la España peninsular), fue animándose a medida que avanzaba el día. A partir de las doce, la afluencia se hizo más nutrida. Aún así, en algunos colegios electorales, como el Palestina del barrio de Kadumiya, en Bagdad, los interventores de mesa opinaban que habían acudido menos votantes que en 2005. Resultaba difícil de evaluar.
Tal vez por ello, o porque la votación transcurrió sin incidentes graves, el primer ministro, Nuri al Maliki, decidió levantar varias horas antes de lo previsto las restricciones al tráfico de vehículos en las principales ciudades del país. También la Comisión Electoral decidió extender una hora el escrutinio, hasta las seis de la tarde, "para dar más oportunidades a los votantes".
Aunque con grandes medidas de seguridad, que incluían un amplio despliegue de soldados estadounidenses en los puntos clave, el ambiente en Bagdad era distendido. Contribuyó también un día soleado que hacía agradable darse un paseo hasta el colegio electoral correspondiente. Muchas familias, endomingadas, aprovechaban al regreso para visitar a familiares o amigos. Mientras que los jóvenes tomaron las calles libres de vehículos para jugar al fútbol o simplemente reunirse con la pandilla.
A diferencia de lo que sucedió en 2005, algunos votantes no tenían inconveniente en desvelar sus favoritos. "Vamos a votar la lista de Iyad Allawi porque fue buen primer ministro, pero sobre todo queremos gente laica. Ya hemos sufrido bastante con los partidos religiosos y sus sectarismos", explican las mujeres encontradas a la puerta de la escuela Ibn Haizan. Cuando un hombre les advierte de que tengan cuidado con lo que dicen, una de ellas se vuelve y le responde: "estamos en una democracia".
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