El 'paparazzi' que nunca se rindió
Grace Kelly, Marlon Brando o Mick Jagger, según la mirada de Ron Galella
Fellini en realidad no inventó nada. Solo le puso nombre e hizo fortuna. En La dolce vita (1960) llamó Paparazzo a uno de los personajes principales, el fotógrafo que se dedica a perseguir a famosos. Y a partir de ahí, todo aquel que husmea con su cámara alrededor del famoseo se le conoce así. Pero los paparazzi ya existían. Y el primero, el considerado pionero Ron Galella (Nueva York, 1931) trabajaba por esos años al otro lado del charco. Una gran distancia que no le importó cruzar para asistir esta semana a la inauguración de la muestra Paparazzo extraordinaire, que hasta el 17 de julio le dedica PHotoEspaña.
Las 135 obras se reparten entre el Círculo de Bellas Artes (109) y la tienda de Loewe, firma patrocinadora de la muestra, en Gran Vía 8. Galella -que pleiteó con Jackie Kennedy, que fue golpeado por matones enviados por Richard Burton y Marlon Brando le rompió los dientes; pero también amado por Grace Kelly o Robert Redford, por ejemplo- hizo su aparición el pasado miércoles en el Círculo pertrechado de una gran cámara al cuello que, según dijo alguien, no pesaba menos de dos kilos. Cantidad nada desdeñable para alguien que camina apoyado en un bastón. Por eso llegó media hora tarde, pero a nadie le importó. Y alegró la sala Picasso cuando evocando sus ancestros italianos, clamó simpático: "¡Attenzione! Already I am here".
Luego se sometió paciente a alguna pregunta. Dijo que se distingue de los paparazzi de hoy en que él estudio arte y que no trabajaba solo por dinero; admitió que se colaba en las fiestas y falsificaba invitaciones. Y enumeró las condiciones para ser un buen cazador de imágenes: "Rápido, manejar un gran angular y captar la expresión que tenga valor. No importa que los famosos protesten, hay que se un detective, saber en qué hoteles se alojan; tener coche y ser un buen conductor y llegar antes que ellos. La clave, ser persistente, no rendirse jamás".
¿Algo pendiente? "Retratar a Jennifer López y su famoso trasero", dijo pícaro. Daniel Glückmann, director de Getty en España, la agencia que gestiona sus derechos, hizo un recorrido con este diario por alguna de las fotografías de Galella. Por ejemplo, Julie Christie descalza vista en un supermercado (1968). "Es muy interesante porque en ese aspecto de su vida probablemente nadie la conocía. Pero hoy este tipo de material se ve mucho, por eso no sé si esa foto se vendería ahora".
En la imagen de Carlo Ponti susurrándole algo al oído a Sofía Loren, "el fotógrafo casi parece que está en la mesa comiendo con ellos. Es una complicidad que hoy sería insólito. Entonces se estaba más cerca de los personajes, no iban con una corte de guardaespaldas cosa que hace que ahora las imágenes sean más pobres".
Jackie Kennedy es protagonista con las fotos que le llevaron a que a le denunciara por primera vez, captadas cuando iba con su hijo en bicicleta por Nueva York. "Ella es la primera dama y no considero que haya intromisión, están hechas en un sitio público. Como primera dama ya tendría medidas para salvaguardar su intimidad sin tener que esconderse".
Glückmann dice que en el fondo su oficio no ha cambiado mucho. "Pero él es muy bueno", precisa, "conseguía un gran impacto y sus fotos contaban una historia". Si tuviera que elegir alguna, dice que su mejor material "está en las fotografías de acción".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.