Tres nombres propios para el (muy oscuro) futuro de Arco

Arco está tan tenso que corre el peligro de romperse. La crisis sin precedentes que afecta a la feria madrileña de arte contemporáneo y, sobre todo, a la marca forjada durante casi treinta años, sigue completamente abierta. Los recientes episodios (no precisamente artísticos) vividos por la feria que en los años 80 y 90 fue indudable faro de referencia en el panorama cultural español, han dibujado un horizonte más que oscuro para una cita que busca desesperadamente sus extraviadas señas de identidad.

Con la directora, Lourdes Fernández, recién dimitida, con los galeristas levantados en armas contra Luis Eduardo Cortés, presidente de Ifema, al que acusan de ademanes intervencionistas y autoritarios, y con Cortés negándose a declarar sus verdaderas intenciones, el escenario de la Feria de Arte Contemporáneo de Madrid no es precisamente halagüeño.

Ifema acudió a una empresa de cazatalentos para cubrir la vacante

Los galeristas ya han recibido los formularios para participar en ferias que se celebran después de Arco (que tiene lugar en febrero). Y la pasada semana celebraron una reunión en la que exigieron la salida de Luis Eduardo Cortés de las negociaciones para empezar a plantearse una solución.

En medio de este guirigay, Ifema contrató a una empresa de cazatalentos para encontrar a un nuevo director. La sorpresa fue general en el mundo del arte; el talento está bien localizado en el arte contemporáneo español, no parecía necesario salir a cazarlo. Bien, el trabajo está hecho. Este diario ha podido saber que los tres nombres propuestos a Ifema por la mencionada empresa cazatalentos son: Carlos Urroz, Paloma Martín Llopis y Javier González de Durana. Los responsables de la Institución Ferial de Madrid podrían darlos a conocer oficialmente este mismo lunes.

Carlos Urroz es el candidato del consenso de las galerías. Tiene experiencia, fue subdirector de Arco con Rosina Gómez Baeza, la anterior directora, y su nombre ya llegó a sonar con fuerza cuando nombraron a Lourdes Fernández. Actualmente se dedica, al frente de su propia empresa Urroz Proyectos, a la asesoría artística de instituciones como la Comunidad de Madrid (ha tomado parte activa, por ejemplo, en la organización de la reciente MadridFoto 2010) y el Gobierno de Murcia.

Javier González de Durana, que ha pasado por el centro Artium de Vitoria y fue director de la bilbaína Sala Rekalde, dirige actualmente el centro de arte contemporáneo TEA, en Tenerife. González de Durana nació en Bilbao en 1951, es doctor en Filosfía y Letras y miembro de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.

El tercer nombre propuesto a Ifema es, en teoría, el de menor relumbrón del trío en cuanto a currícula. Paloma Martín Llopis es comisaria de exposiciones, estudió Historia del Arte, su primer trabajo fue en la Galería Marlborough y ahora representa en España a la galería Edward Tyler Nahem de Nueva York, un veterano establecimiento especializado en grandes maestros del siglo XX, como Mark Rothko o David Hockney.

El Ayuntamiento de Madrid, que desde el primer momento hizo saber su deseo de que la sucesión de Lourdes Fernández fuera consensuada con los propios galeristas, ha apoyado la propuesta de éstos en el sentido de que Luis Eduardo Cortés dé un paso atrás de la primera línea de Arco.

Obviamente no hay ningún problema en que siga gestionando IFEMA, pero los galeristas consideran que no puede seguir metiendo baza en las decisiones de la feria de arte más importante de España. Así, la consigna es que o Cortés se aparta, o el año que viene no hay ARCO. Incluso algunos de estos profesionales del arte han llegado a avisar, en privado, de que sea cual sea el nombre definitivo del sucesor de Lourdes Fernández, el mal ya está hecho, y que no será posible montar el año próximo una edición de Arco con la mínima solvencia. Así de sencillo.