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Entrevista:MANUEL BORJA-VILLEL | Director del MACBA

"Los museos deben dirigirlos intelectuales, no gestores"

Manuel Borja-Villel (Burriana, Castellón, 1957) continúa su imparable ascenso hacia el olimpo del arte contemporáneo. Tras dirigir la Fundación Tàpies de Barcelona hasta 1998, asumió la dirección del Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona (Macba), consiguiendo situarlo entre los museos europeos de referencia. Este verano ha aceptado dos nuevos retos: las presidencias del jurado de la 52ª edición de la Bienal de Venecia y del Comité Internacional para Museos y Colecciones de Arte Moderno (Cimam), principal órgano representativo a escala internacional de los museos de ese ámbito. Es el primer español en ocupar ese cargo.

Pregunta. El Cimam es un órgano vinculado al C o m i t é I n t e r n a c i o n a l de Museos (ICOM), que depende de la Unesco. ¿Cuál es su poder efectivo?

"Se sigue coleccionando de forma colonialista: hay que ser custodios, no propietarios"
"El mundo del arte considera la presencia de Adrià en Documenta una tontería"

Respuesta. El Cimam fue fundado por un grupo de directores míticos para dar voz a los trabajadores del sector. Ahora su función ha cambiado: hay una preocupante tendencia a convertir al director en gestor, por lo que prevalecen valores y prácticas que no proceden de la estructura educativa. No tengo nada en contra de los gestores, pero un museo debe ser dirigido por académicos e intelectuales, preocupados por hacer las colecciones sin estructurarlas como botines de guerra, o por construir nuestra memoria sin expoliar la de otros. El papel del Cimam es crear tendencias, impulsar estructuras de intercambio y educación, articular redes entre los profesionales. Los museos, incluso el Macba, siguen coleccionando de forma colonialista; deberían ser custodios y no propietarios de las obras, y no seguir las leyes de mercado, basadas en la escasez de bienes. No hablo de un picasso o un pollock, sino de vídeos y otros soportes contemporáneos que permiten la creación de colecciones-archivos compartidas. Cuestionar las leyes de propiedad, replantear el tema de derechos y de honorarios de los artistas: ahí podemos tener peso.

P. ¿Cuáles son los principales objetivos de su mandato?

R. Es fundamental crear estructuras autónomas que no estén basadas en valores mercantiles. También es esencial modificar el esquema eurocéntrico del Cimam, introduciendo los países de América Latina, Asia, Europa del Este y África. No se trata de aumentar los miembros, sino de aprender a articular voces distintas. Además, queremos impulsar la redacción de un código ético que impulse el papel del museo al servicio del público, y la construcción de una memoria no colonialista.

P. Cuando se nombró a Josep Serra como director del Museo Picasso, se propuso crear un código de buenas prácticas para los museos que contó con el apoyo de Carmen Calvo, entonces ministra de Cultura. ¿La iniciativa prosperará con César Antonio Molina?

R. Se trata de dos propuestas distintas. En el caso del Cimam, se trata de elaborar un código ético que establezca los objetivos de los museos y sus bases intelectuales, mientras que en España el énfasis está en las buenas prácticas, que regulen la dinámica de los museos. Creo que la iniciativa prosperará. El ministro ya ha anunciado su voluntad de convertir el Reina Sofía en un ente autónomo, introducir profesionales en su patronato y convocar un concurso internacional serio para elegir al nuevo director. Los museos deben tener autonomía e independencia en relación con la política y la economía y, siendo estructuras públicas, no deben adoptar los valores de eficiencia y ganancias de las privadas.

P. ¿Qué opina del caso Ferran Adrià y la Documenta de Kassel?

R. Lo positivo de esta Documenta ha sido la capacidad de su comisario de destacar el elemento de fragilidad y discreción en un momento en que dominan el capital y el consumismo. Como decía Pasolini, para avanzar hay que volverse hacia dentro. Lo negativo, el narcisismo y la autocomplacencia, del que Adrià es parte. Es una burbuja mediática, y el mundo del arte lo ha considerado una tontería.

P. Usted ha sido siempre muy crítico con la espectacularización de la cultura, pero ha aceptado ser presidente del jurado de la 52ª edición de la Bienal de Venecia, que da sus premios el 21 de noviembre.

R. Hay que matizar. Considero muy importantes bienales como la de Venecia, aunque sigue anclada en parámetros decimonónicos y necesitaría una ruptura radical, mientras que estuve en contra de la de Sevilla y la trienal de Barcelona. Estoy en contra de la bienalización y de la museificación cuando se convierten en el centro de la acción cultural. La cuestión es cómo educamos, cómo evitamos la espectacularización del museo y su sumisión al turismo y al urbanismo.

P. En España hay una gran proliferación de museos que no tienen en cuenta las nuevas realidades. Ningún museo español, incluido el Macba, tiene departamento de nuevos medios...

R. Cierto. Los museos se siguen creando según parámetros antiguos, tanto a escala constructivo como conceptual. El Macba ha intentado romper eso. En noviembre arrancará el nuevo edificio, que acogerá aulas, biblioteca y servicio de documentación, y queremos impulsar nuevas estrategias de educación que no sigan el modelo tradicional de transmisión del saber.

P. Se acusa al Macba de no representar mucho a los artistas locales, y los españoles faltan de las grandes citas internacionales. ¿Cuáles serán los beneficios de su nombramiento para el Macba y el arte español en el extranjero?

R. Es cierto que la representación española en los grandes eventos es mínima e injusta, pero es equivocada la obsesión por querer estar, porque avala un discurso canónico y jerárquico y convierte los museos en plataformas de lanzamiento, cuando son espacios de pensamiento. Insisto en que es equivocado ver el mundo del arte desde parámetros de mercado. Hay vida más allá del mercado, y existen otras formas de intercambio.

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