"Los mejores héroes son los que pueden desintegrarse"
Ni audaces vikingos, ni intrépidos exploradores polares, ni héroes de Telemark. Los personajes que uno se encuentra en las entrañas de la noche junto a la Estación Central (Sentralstasjon) de Oslo son una vapuleada humanidad de prostitutas, camellos, secundarios del hampa, pillos y drogadictos. Abundan los heroinómanos, navegantes de aguas mucho más peligrosas que las de la Kon-Tiki. Un coche con grandes marcas de "POLITI", policía, está aparcado sobre la acera y dos agentes interrogan rudamente a un individuo de aspecto siniestro. Esta es la otra Noruega, la del inspector Harry Hole, enfant terrible de la policía de Oslo, alcohólico y perdedor, convertido por derecho propio en uno de los grandes personajes de la fértil novela negra escandinava y ya uno de nuestros detectives favoritos.
"Mi detective sabe que la felicidad le mataría como policía"
Su creador, el novelista Jo Nesbo (Oslo, 1959), entra el día siguiente por la mañana en el bonito bar restaurante Bolgen & Moi, en el barrio bastante pijo de Briskeby. Luce vaqueros y una sudadera azul con capucha. Los clientes giran la cabeza a su paso para observarlo. Es popular: ya se le conocía como cantante y compositor de la banda Di Derr i, pero es que a su fama de pop star se le ha sumado la de novelista de gran éxito. Ha vendido cinco millones de ejemplares de los ocho títulos de la serie de Hole y se le saluda inevitablemente como el siguiente Stieg Larsson. Además, es guapo y uno no puede dejar de musitar envidioso mientras el autor toma asiento, "¡Jo, Nesbo!". El escritor propone salir a la terraza pero retrocede algo cobardemente ante la proliferación de avispas. Es verdad que no va a armado con una Glock 21 como Harry. En España acaba de aparecer su tercera novela del inspector, La estrella del diablo (RBA) , en la que Hole investiga una serie de crímenes durante una ola de calor en Oslo, que ya es floritura. El caso se complica con asuntos de corrupción policial y por la inveterada y autodestructiva afición de nuestro detective a intimar con Jim Beam. Le comento a Nesbo el panorama de aúpa de la Sentralstasjon anoche. "Sí, hay mucha heroína, esa es la zona donde encuentras a Harry. Hace apenas 20 años Oslo era un lugar inocente, casi un pueblo; se ha hecho igual a cualquier otra ciudad europea: bandas, mafias, prostitución, emigrantes ilegales, crímenes. En todo caso, yo he hecho una versión Gotham City de Oslo. La Oslo de Harry Hole es retorcida y oscura, aunque, como has percibido, para nada irreal".
Nesbo considera que la complejidad de la Noruega moderna es rica en dilemas morales, muy atractivos para un autor de novela negra. Resulta fascinante oírle decir que el marido siempre es el culpable (!) y que lo importante en una historia criminal "no es el cómo, sino el porqué", dos afirmaciones que forman parte del ideario de Harry. "Sí, Harry me ha influenciado, y yo a él". ¿Qué lo hace especial, a Hole? "Está en contacto con lo más oscuro de sí mismo y eso le acerca a los que persigue. Es un héroe que puede desintegrarse, frágil, esos son los mejores. Lo que buscas en una novela negra no es lo aparente, el paso del caos al orden, la resolución de un conflicto, de un misterio, sino contemplar lo que le ocurre al protagonista. Lo que interesa al final es si va a condenarse o salvarse. Hablamos de su alma. ¿Qué hará ante los dilemas morales que se le plantean? ¿Va a seguir a su corazón? A veces te conduce al infierno". Estamos más en Ibsen que en Agatha Christie, sugiero dándomelas de ingenioso. Nesbo ríe, aunque sus ojos de un azul metálico transmiten tanta calidez como un fiordo. "Conozco mi género, son libros de entretenimiento, de suspense, pero todas las buenas historias han de tener un fondo filosófico, tiene que haber opciones morales en el corazón de la historia".
¿Por qué no es feliz Harry? "¿Por qué es alguien feliz o no? No hay una respuesta sencilla. Creo que tiene que ver más con tu personalidad que con lo que te rodea. Algunas personas tienen la mirada oscura, se buscan problemas. Les cuesta más salir del pozo, superar traumas. Harry no es un superviviente. Le atrae la parte doliente del mundo; pertenece a ella. Sabe que la felicidad le mataría como policía".
¿Cualquiera puede ser un criminal? "Esa es la idea en los libros de Harry, y te permite ponerte a la vez en los zapatos del detective y del asesino. Produce más miedo pensar que el criminal no es alguien extraño sino el vecino, o el del espejo".
El novelista opina que Noruega, pese al desarrollo, "sigue siendo un país joven, pequeño e inseguro, muy vulnerable psicológicamente y al que le resulta difícil lidiar con el pasado incómodo". Como el colaboracionismo en la II Guerra Mundial: Quisling o los voluntarios en las Waffen SS, uno de los cuales fue el propio padre de Nesbo. "Es más fácil autoengañarte con tu pasado y creerte que eres un país solo de vikingos, grandes exploradores y resistentes contra Hitler".
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