Y la lucha por los derechos civiles se hizo mensaje
Una muestra ensalza el papel de los medios de comunicación en la conquista de las libertades en EE UU
"Prohidos los perros, los negros y los mexicanos". Hace menos de cincuenta años que se abolieron los ubicuos carteles con esta advertencia que poblaban el sur de Estados Unidos, aunque aún habría mucho que decir respecto al racismo actual contra los hispanos de lugares como Arizona. Pero respecto a la segregación de la población negra, la aprobación en 1964 del Civil Rights Act marcó su extinción oficial y hoy un presidente de esa etnia ocupa la Casa Blanca. El éxito de la lucha por los derechos de ese 12% de la población, que continuó en décadas sucesivas, probablemente no se habría conseguido si los protagonistas del movimiento, desde Martin Luther King a Malcom X, pasando por la National Association for the Advancemente of Colored People (NAACP), no hubieran descubierto un importante aliado que entre la década de los cincuenta y los sesenta estaba en plena transformación y fue clave para la difusión de su mensaje y la aceptación de su lucha: los medios de comunicación de masas.
Hoy puede sonar obvio puesto que todos los movimientos sociales se han apoyado inteligentemente en la prensa desde entonces, pero en los cincuenta la televisión acababa de nacer y las revistas empezaban a darle a la fotografía una importancia que nunca había tenido. La exposición For all the world to see: visual culture and the struggle for Civil Rights (Para que todo el mundo lo vea: cultura visual y lucha por los derechos civiles), inaugurada el viernes en el International Centre of Photography de Nueva York, y abierta hasta el próximo 12 de septiembre, explora el rol de la cultura visual en la percepción que Estados Unidos experimentó respecto a la población negra y como su uso pionero e inteligente por parte de sus protagonistas fue quizás su mejor aliado.
Organizada de forma cronológica, la muestra arranca con las imágenes servilistas o despectivas con las que se mostraba a los negros en las primeras décadas del siglo XX. No sería hasta 1947 cuando los líderes de esa raza comenzaron a protestar contra ese tipo de iconografía. Walt Disney y su película Song of the south, sobre una plantación esclavista, fue su primer gran caballo de batalla, con piquetes en los cines con carteles que decían "Queremos películas sobre democracia no sobre esclavos". Mientras, cada vez más actores negros en papeles de igual a igual con los blancos iban apareciendo en televisión: las cadenas buscaban aumentar su audiencia y el racismo no era el camino.
En protestas como las de Birmingham de 1963 -que se hizo célebre por la brutalidad policial- hasta las horas de las manifestaciones y los discursos se pensaron en función de la televisión: salir en el telediario era entonces, en un mundo sin Internet, un éxito rotundo con efectos muy claros. La marcha sobre Washington de 1963, retransmitida en directo a lo largo de todo el día por la CBS, fue quizás el momento clave, como reconoció Martin Luther King: "La marcha permitió por primera vez a millones de blancos ver a los negros embarcados en una ocupación seria. El estereotipo del negro sufrió un terrible golpe".
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