La lengua española estrena caja de herramientas
Las 22 academias publican hoy la primera gramática panhispánica
El español, la segunda gran lengua global del planeta, se regía hasta hoy por una gramática redactada en 1931 que se limitaba a añadir un capítulo a la de 1917. Desde entonces, y con la Guerra Civil de por medio, todo habían sido tanteos hasta el Esbozo de una nueva gramática de la lengua española, publicado en 1973.
Desde hoy el panorama es bien distinto. "Ésta es una gramática del siglo XXI", dice Ignacio Bosque, catedrático de Filología de la Universidad Complutense, miembro de la Real Academia Española y ponente de la nueva obra. Lo dice en una de las salas de la Academia. A su lado está el director de la RAE, Víctor García de la Concha. Sobre la mesa, los dos tomos anaranjados de la nueva norma, dedicados a la morfología y la sintaxis. En unos meses aparecerá el tercero -fonética y fonología-, coordinado por José Manuel Blecua.
El segundo idioma global del planeta se regía por una edición de 1931
Once años han tardado las 22 academias de la lengua española en elaborar una obra en la que los números compiten con las letras: 3.800 páginas, 40.000 ejemplos, 3.700 obras y 307 cabeceras de periódicos y revistas utilizados como fuente para las citas. Y casi cinco kilos de peso. Todo por 120 euros y en una tirada que la editorial Espasa no ha querido hacer pública. El año que viene se publicará una versión manual y otra básica en bolsillo de 750 y 250 páginas respectivamente.
"Hace 20 años esta gramática hubiera sido imposible", dice Bosque. "La informática permite que uno teclee una construcción y busque, por ejemplo, testimonios de su uso en autores peruanos del siglo XIX. Antes se trabajaba con fichas de papel".
García de la Concha explica que se trata de una obra que conjuga descripción (dice cómo funciona la lengua) y prescripción (recomienda unos usos frente a otros): "Empezamos usando el esquema del Diccionario panhispánico de dudas, que es muy tajante -correcto / incorrecto-, pero nos dimos cuenta de que era necesario matizar porque hay cosas consolidadas como incorrectas en un país y en otros no. Nosotros hacemos una labor especular, cuando decimos 'no se recomienda o se prefiere otro uso', lo que decimos es que el pueblo hispanohablante prefiere otro uso". Para Ignacio Bosque, "las construcciones tienen una forma, un significado y una distribución geográfica, pero también un prestigio. Si la Academia no existiera sería exactamente igual".
"La norma es policéntrica", afirma, por su parte, el director de la RAE, que insiste en que la nueva gramática es una obra colectiva y consensuada entre la española y las academias americanas. Se acabaron los tiempos en que primero se describía el uso en España de una construcción y luego, su uso en América. "Ahora se describe primero lo común y luego las variantes. Pretende mostrar lo que los hablantes compartimos y lo que nos diferencia".
Bosque tira de ese hilo: "El español es una lengua muy homogénea. Las diferencias de la sintaxis no son tan grandes como en el léxico o la pronunciación". ¿Cuál es la mayor amenaza para esa unidad? A Bosque le cuesta encontrar una más allá del desinterés de algunos hablantes: "Ven el código de la lengua como algo ajeno, como si fuera el código de derecho mercantil y no parte de su vida. ¿Por qué hay jóvenes que pintan al mobiliario urbano? Porque no lo consideran propio: En su casa no lo hacen".
¿El abuso de anglicismos? "Influye más en el léxico", dice García de la Concha, que recuerda que lo importante es acomodarlos al español como se hizo con galicismos ("jardín") o italianismos ("carroza") que hoy no percibimos como tales. ¿Los SMS tal vez? "La escritura nació como abreviatura", afirma Bosque. "Una cosa es usar un código restringido a un aparato y otra, hacer un examen con ese código".
'Miembras culpabilizadas'
- A por ellos. "En España 'a por' es una construcción normal -como 'voy a por tabaco'-, pero está muy desprestigiada en América. Allí se evita y suena mal", explica Ignacio Bosque. "Eso lo puede percibir un hablante americano, un español no lo percibe. Y a la inversa cuando un mexicano dice 'ya se los dije' por 'ya se lo dije a ustedes'. O 'esto es mucho muy interesante".
- Ciudadanos y ciudadanas. "Esa fórmula la han promovido los grupos feministas, que pretenden hacer, como dicen, visible la figura de la mujer", afirma García de la Concha. "Se confunde el sexo con el género y se fuerza algo que contradice una ley básica: la economía de la lengua, decir con la menor cantidad de palabras posible la mayor cantidad posible de ideas". "Lo curioso", añade Bosque, "es que nadie dice 'voy con mis hijos y con mis hijas a que jueguen con tus hijos y con tus hijas'. Los mismos que dicen 'los vascos y las vascas' dicen 'ayer fui con unos amigos a cenar'. ¿Por qué? Porque no tienen un micrófono delante. Tiene algo de código artificial".
- Miembra. "La gramática no es matemática pura. En mi instituto se decía 'bedela'. Luego surgió 'concejala' y 'alcaldesa', pero ¿ha visto usted que alguien diga 'fiscala'?", pregunta el director de la RAE, a lo que Bosque agrega: "En el sujeto y el atributo nominal no hay concordancia. Por eso decimos 'María es un genio' y 'Juan es una víctima'. Falta argumentación. A los que dicen 'miembra' yo les diría: arguméntenme gramaticalmente por qué".
- Culpabilizar. "Hay una inflación de los sufijos derivativos ('visualizar', 'posicionar')", dice Bosque. "Se produce", apunta García de la Concha, "por una voluntad de énfasis y de diferenciación. Si digo 'culpabilizar' en lugar de 'culpar' me doy más envergadura y me distingo. Lo hacen mucho los políticos porque la política es teatro puro".
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