"Los jóvenes tienen pasión por Duchamp, pero no le entienden"
Apabulla la cantidad de cosas que ha llegado a hacer este hombre que, ataviado con vaqueros, mantiene a sus 81 años una vitalidad envidiable. Richard Hamilton (Londres, 1922) es pintor, grabador, diseñador, teórico, uno de los principales estudiosos de la obra de Marcel Duchamp -artista por el que explica ahora "los jóvenes tienen pasión, pero no le entienden"- y fue comisario de exposiciones cuando este concepto aún no existía. Ha pasado a la historia como "el padre del pop art" gracias al pequeño collage titulado ¿Qué es exactamente lo que hace a los hogares de hoy tan diferentes, tan atractivos?, de 1956. Pero esta obra, que ha mantenido su frescura y actualidad, es sólo una pequeña muestra de una trayectoría artística de más de 70 años que ahora se resume en la retrospectiva que ayer se inauguró en el Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona (Macba) y que se enmarca también en el Año del Diseño. Introspectiva, que estará abierta hasta el 1 de junio, tiene como comisario a Vicent Todolí, director de la Tate Modern, y después se presentará en el Ludwig Museum de Colonia.
Hamilton fue el diseñador del famoso 'Albúm Blanco' de The Beatles
"Mi pensamiento se basa en la dicotomía. Siempre que hago una cosa, necesito lo opuesto"
Es imposible hablar con Hamilton sin que comience a hablar de Duchamp, artista que le fascinó tanto que se pasó años traduciendo al inglés las notas de la Green Box, la famosa caja verde que contiene las instrucciones para El gran vidrio, obra de la que hizo una réplica años más tarde que firmó junto a su creador.
"Fue Duchamp el que me inspiró a abrirme a tanta heterogeneidad. La primera vez que fui a Cadaqués, en donde él veraneaba y yo he tenido después una casa, me contó que tenía un problema con el plato de ducha. Se quejaba de que salía agua y no sabía cómo arreglarlo. Estuvo mucho tiempo con este problema hasta que al final, no sé cómo, logró solucionarlo. Lo interesante es que tenía el mismo interés en arreglar este plato de ducha que en la obra de arte que estaba haciendo en aquel momento, el Étant donneés", comenta Hamilton. "Mi pensamiento se basa en la dicotomía. Siempre que hago una cosa necesito lo opuesto. Y esto es algo que veía muy claro en Duchamp. No es que él me lo enseñara, porque yo ya funcionaba así, pero él lo hacía de una manera tan sistemática que me tenía fascinado. En su obra hay una clara orientación mental, pero que está opuesta a una realización objetual muy clara y muy construida".
A principios de los años sesenta, explica, muchos artistas como él estaban fascinados por Duchamp, y esta influencia se ha mantenido posteriormente. Con todo, Hamilton piensa que en cierta manera se ha desvirtuado su pensamiento. "Duchamp murió en 1968 y a las jóvenes generaciones que ahora tienen treinta años su influencia les ha venido filtrada por la generación anterior, la beatnik. Sigue habiendo pasión, pero no comprensión. Con el paso del tiempo la pintura cambia, pero lo más importante es que cambia la manera de mirarla. Se crea otro espacio mental. Él vivió lo suficiente para darse cuenta de esta admiración, que le encantaba, pero no tenía ningún respeto por las generaciones posteriores. Por ejemplo, consideraba que el expresionismo abstracto era una mierda. Le parecía demasiado físico, y en cambio su energía era mental. En este sentido, pienso que la influencia de Duchamp ha sido muy fuerte, pero necesariamente ha sido siempre saludable. Su pensamiento respecto a los ready made, por ejemplo, era muy filosóficamente refinada".
Pese a esta gran admiración por Duchamp, la obra de Hamilton tiene poco que ver plásticamente con la de su maestro. Desde principios de los cincuenta comenzó a utilizar la fotografía, extraída generalmente de la publicidad o los medios de comunicación, en su obra, en la que el collage ha tenido un papel predominate. Fue también de los primeros en plantearse la exposicion como una "obra" en sí misma, un medio de expresar ideas , y en su caso pueden rastrearse instalaciones antes de que este término se hiciera popular.
Sería muy largo explicar todas las cosas y proyectos que ha hecho Hamilton a lo largo de su vida, pero tal vez una de las menos conocidas sea el diseño del famoso Albúm blanco de The Beatles, en 1968. "Todo esto vino a través de Robert Fraser, que aparece en una imagen de la exposición junto Mike Jagger cuando les detuvieron por tenencia de drogas. Era un crítico y galerista muy simpático que estaba muy relacionado y representaba una nueva forma de diversión de la escena londinense", explica Hamilton. Fue Fraser, explica, el que recomendó a los Beatles primero al pintor Peter Blake -que hizo la famosa portada de Sgt. Pepper's- y después a Richard Hamilton. "En el primer encuentro me hicieron esperar más de media hora. Yo iba viendo pasar a jovencitas en minifalda y largas botas que se paseaban mucho, pero no hacían nada. Cada vez me sentía más incómodo, no estaba enfadado, pero sí muy molesto. Cuando finalmente hablamos les dije, un poco para sacármelos de encima, que como habían hecho una portada tan llena de elementos tenían que hacer una cosa totalmente blanca, como contraste". Y gustó la idea.
La exposición de Hamilton, que agrupa unas 180 obras, está organizada cronológicamente y por géneros. Acaba con sus cuadros "de historia" y entre ellos figura uno crítico con la guerra del Golfo. También se opone ahora a la guerra de Irak que promueve Bush con el apoyo de Blair y Aznar. Su posición le parece "una locura, corrupta y delictiva". "Siempre me he sentido un outsider, alguien que no acostumbra a compartir los puntos de vista de la mayoría, pero ahora estoy entusiasmado porque veo que estoy de acuerdo en este tema con el 90% de la población", concluye.
Babelia
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