La insoportable levedad de ser un avatar
La cultura de los videojuegos ha desarrollado su lenguaje canibalizando sin pudor referentes cinematográficos, pero, también, desvelando una suerte de poesía secreta, capaz de alumbrar algunos aspectos de nuestra era del simulacro y de un futuro inmediato que nos obligará a negociar cotidianamente con la virtualidad. Resident Evil 3: Extinción es, en este sentido, un producto que, en su descarada superficialidad, parece saber perfectamente en qué liga está jugando. Quizás su director, el australiano Russell Mulcahy, haya encontrado finalmente su lugar en el mundo en la adaptación cinematográfica de videojuegos, tras haber revelado su talento en el terreno del vídeo musical durante la primera explosión de los 80, ingresar en el cine como formalista sin preocupación alguna por el fondo y tener una caída en picado puntuada por alguna que otra excentricidad reivindicable.
RESIDENT EVIL 3: EXTINCIÓN.
Dirección: Russell Mulcahy. Intérpretes: Milla Jovovich, Oded Fehr, Ashanti, Iain Glen, Ali Larter. Género: Ciencia-ficción. Francia-Australia-Alemania-Gran Bretaña-Estados Unidos, 2007. Duración: 95 minutos.
Como si el espectador iniciase una nueva partida en su videoconsola, esta tercera entrega de la saga se abre con un sampler directo de la primera, Resident Evil (2002) de Paul W. S. Anderson, que se interrumpe con la muerte de la heroína, que no es tal sino avatar de videojuego, un clon auto-combustible, un cuerpo desechable que puede ser sustituido por otro idéntico. Avanzada la trama, Milla Jovovich contempla una fosa común repleta de versiones de sí misma, en un momento en el que Mulcahy parece rozar con los dedos cierta lírica existencialista del avatar y su medular contingencia. Se cuenta que el cineasta fue expulsado del proyecto de Rambo III (1988) por no tomarse en serio a Sylvester Stallone: Resident Evil 3: Extinción demuestra que su sensibilidad quizás sea más receptiva al post-cuerpo -una Milla Jovovich como pura superficie- que al cuerpo anabolizado.
La película de Mulcahy bebe de la narrativa de Resident Evil. Code: Veronica, cuarto juego de la franquicia inaugurada en 1996 por Shinji Mikami que aportó a la serie la posibilidad de explorar complejos entornos en 3D. En justa correspondencia, Resident Evil 3: Extinción abandona la claustrofobia de sus antecesoras para abordar su encadenado de escenas de acción en un desierto de Mojave entendido como cruce de caminos de referencias cinematográficas, de Mad Max 2/El guerrero de la carretera (1982) a Los pájaros (1963), pasando por la insoslayable referencia romeriana -en este caso, El día de los muertos (1985)-.
Babelia
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